MEDIO AMBIENTE
Título: 

Esquila de la fibra de Vicuña, ejemplo destacado de conservación y desarrollo local

Vicuña en manga de captura, esquila Apolobamba



Esquila de la fibra de Vicuña, ejemplo destacado de conservación y desarrollo local

“No viste en sus mansas pupilas oscuras brillar la serena mirada de Dios.” (Leyenda de Coquena)

Vicuña en manga de captura

Texto y Fotos: Nelson Fernández

La Paz, 24 de marzo 2021 (ANA).- Al interior del Área Natural de Manejo Integrado Nacional Apolobamba (ANMIN A), extremo oeste del Departamento de La Paz, se desarrolla anualmente la esquila de fibra de vicuña, consistente en la captura, trasquilado, posterior liberación de individuos sin causar daño a la especie silvestre portadora de una de las fibras más finas del planeta y cuya venta en mercados internacionales generó en la última esquila aproximadamente un millón y medio de bolivianos como beneficio directo para las comunidades locales y el Estado.

Beneficios del Programa de Manejo de la Vicuña en Apolobamba

Según declaraciones de Adolfo Barrera Casilla, guardaparque del ANMIN Apolobamba y responsable del componente Vicuña, las acciones forman parte del Programa Nacional de Conservación de la Vicuña y en el caso particular del ANMIN A, la práctica se realiza con la participación de 14 comunidades y es efectuada entre las primeras quincenas de octubre y noviembre, señalando que en la última esquila se logró generar un monto aproximado de un millón y medio de Bolivianos que van como beneficio directo a las comunidades locales participantes.

Barrera afirma que debido al éxito de las medidas de conservación de la especie la población actual de vicuñas en el área protegida supera los 14.000 individuos, manifiesta además que la demanda internacional de la fibra de vicuña es alta y que el precio por kilo de fibra descerdada alcanza un monto cercano a los 375 dólares americanos por kilo.

Programa de Manejo de Vicuña en el ANMIN Apolobamba

Manga de captura esquila

Desde mediados de 1999, gracias al apoyo de la cooperación internacional y el trabajo dedicado de guardaparques, personal del área protegida y comunidades locales agrupadas en la Asociación Regional de Manejadores de Vicuña, se logró consolidar el Programa de Manejo de la Vicuña, considerado como uno de los más exitosos ejemplos de conservación y desarrollo local, con experiencias similares en otras áreas protegidas bolivianas como el Parque Nacional Sajama en el Departamento de Oruro.

Mediante el programa, se efectúa la práctica de la esquila de fibra de vicuña con personal del área protegida y comunidades capacitadas para desarrollar un trabajo técnicamente impecable en cuanto al cuidado y medidas de protección de la especie.

El primer paso del proceso consiste en el arreo de las vicuñas hacia las mangas de captura, posteriormente se seleccionan los ejemplares adecuados a los cuales se pesa, se separan hembras preñadas y animales no aptos para esquila, mismos que son liberados de manera inmediata y posteriormente, bajo una técnica especial, se procede a esquilar las vicuñas aptas para finalmente liberarlas, iniciando una fiesta como forma de agradecimiento a la Madre Tierra y al trabajo solidario y comunitario efectuado.

Algo de historia

La presencia de camélidos en Sudamérica está asociada a indicadores que marcan la puesta en marcha de sus procesos de domesticación, por ejemplo la vicuña (Vicugna vicugna), que habría comenzado en la cuenca del Lago Titicaca, hace aproximadamente 6000 a 8000 años AC, dio lugar a lo largo de generaciones de selección y cruza a la alpaca (Vicugna pacos), que desde entonces forma parte importante de la base productiva de los pueblos andinos (Novoa y Wheeler 1984), por otra parte el guanaco (Lama guanicoe) hace 4200 años AC (Yacobaccio 2004) dio origen a la llama (Lama glama).

Antes de la conquista de los españoles, la población de vicuñas era de aproximadamente tres millones de individuos. En 1965, debido a la caza indiscriminada, sólo quedaban 10.000 ejemplares, distribuidos en Bolivia, Perú, Chile, y Argentina (Bilá, 2001) y en el territorio que actualmente ocupa el ANMIN Apolobamba sólo quedaban 97 ejemplares, poniendo a la especie en grave peligro de extinción (Desarrollo en Apolobamba, 2003). 

Actualmente, habiéndose implementado las medidas correctas de conservación de la vicuña en el ANMIN Apolobamba, el número de individuos supera los 14.000 según señala Adolfo Barrera.

A nivel nacional, mediante el Programa Nacional de Conservación de la Vicuña, en las áreas protegidas bolivianas se estima un número de 112.000 individuos de este camélido sudamericano cuya población se ubica entre los departamentos de Oruro, La Paz, Potosí, Cochabamba y Tarija (Censo 2009).

La vicuña tiene un sistema de selección natural que se encuentra formado por grupos familiares liderados por el macho dominante, grupos de machos jóvenes, y finalmente los individuos solitarios (vicuñas con sarna) que se separan naturalmente de sus manadas.

La esquila no es una práctica ancestral

Esquila Viocuña

Según relata Juan José Calamani Paye, comunario de la localidad de Cotapampa, Provincia Bautista Saavedra, la práctica de la esquila no tiene un carácter ancestral debido a que en la antigüedad la vicuña era respetada como un animal sagrado perteneciente a los Según relata Juan José Calamani Paye, comunario de la localidad de Cotapampa, Provincia Bautista Saavedra, la práctica de la esquila no tiene un carácter ancestral debido a que en la antigüedad la vicuña era respetada como un animal sagrado perteneciente a los dioses cerros del Ande, por lo tanto no era permitido matarla ni tocarla bajo ninguna circunstancia, su fibra era aprovechada de manera que exista una cantidad suficiente para tejidos destinados a la realeza y a realizar algunos pagos a los dioses cerros del Ande.

NFG

Artículo producido en el marco del Proyecto “Fortaleciendo las Bases de Sostenibilidad Financiera del Sistema Nacional de Áreas Protegidas de Bolivia (SNAP) para la Consolidación de Procesos de Conservación”, implementado por FUNDESNAP bajo el patrocinio de la Fundación Gordon and Betty Moore.