TRAS CINCO DÍAS DE DEBATE
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Senado de EEUU absuelve Donald J. Trump por la insurrección contra el Capitolio

Donald J. Trump, expresidente de EEUU. Foto/tomada de internet

Donald J. Trump, absuelto de nuevo. El segundo juicio político por el impeachment del 45º presidente de Estados Unidos acabó como el primero, con un veredicto absolutorio que le libera oficialmente de la acusación de incitar a la insurrección contra el Capitolio ocurrida el pasado 6 de enero. El apoyo de sus colegas republicanos le otorgó una vez más una protección que no le servirá sin embargo frente al juicio de la historia.

Tras cinco días de debates, 57 senadores lo consideraron “culpable” de los cargos que pesaban contra él, entre ellos, siete republicanos; los otros 43, todos conservadores, lo declararon “no culpable”. Es así, el impeachment con más apoyos de los dos partidos de la historia pero no se alcanzó la mayoría de dos tercios necesaria para llegar a un veredicto condenatorio. Desde su oficina en Florida, el expresidente celebró su victoria: “Nuestro movimiento (…) para hacer América grande de nuevo no ha hecho más que empezar”, dijo en un comunicado.

Una vez más, los republicanos le han salvado pero no todos desean su retorno. Para sorpresa de todos, tras la votación, el líder republicano Mitch McConnell tomó la palabra para decir que “no hay ninguna duda de que Trump es, moralmente y de facto, responsable” por los hechos y no tomó medidas para “restaurar el orden”. “Estuvo viendo alegremente la televisión mientras el caos se imponía” pero en su opinión juzgarle ahora era contrario a la Constitución, de ahí su voto absolutorio, aclaró en un impresionante ejercicio de contorsionismo político.

Mc Connell aseguró que, de haberse celebrado el juicio estando aún en el cargo, habría votado a favor de condenar a Trump.  Pero, como le recordaron de inmediato con indignación los demócratas, si el Senado no se reunió antes del relevo presidencial para juzgarlo fue porque él lo impidió.

El suspense no había sido hasta ahora uno de los ingredientes del juicio. Todo apuntaba a que el expresidente sería absuelto. Pero ayer al comienzo de su quinta y última jornada, el proceso dio un vuelco inesperado: el Senado aprobó por 55 votos a favor y 45 en contra la petición de la acusación de llamar a declarar a testigos.

La citación abría la puerta a una discusión más profunda sobre la actitud de Trump ante el asalto al Capitolio, una insurrección que se le acusa de haber incitado y alentado. La noticia pilló por sorpresa a todos los senadores, incluidos a los demócratas. No se esperaba que los fiscales –nueve congresistas designados por la Cámara Baja, que inició el proceso– anunciaran a última hora que querían interrogar a la congresista republicana Jaime Herrera Beutler.

La víspera, tras el largo tira y afloja entre la acusación y la defensa sobre hasta qué punto Trump sabía que los legisladores corrían peligro y el sentido de sus mensajes, Herrera Beutler había publicado un comunicado que en el que se reafirmaba sus declaraciones sobre la conversación entre su jefe de filas, Kevin McCarthy, y Trump en pleno ataque. El expresidente, sostiene, se puso del lado de los asaltantes.

El caos se apoderó del Senado. Los abogados de Trump y los republicanos se lo tomaron como una declaración de guerra. Despreciaron por “irrelevante” lo que hubiera dicho tras el ataque y amenazaron con llamar a “cientos” de testigos, entre ellos la vicepresidenta Kamala Harris y Nancy Pelosi, presidenta de la Cámara Baja, para interrogarla sobre la falta de medidas de seguridad en el edificio. La ultraderechista Marjorie Greene se refirió a su compañera de filas Herrera Buetler como una marioneta de los demócratas y alertó de “los 75 millones de seguidores” de Trump los vigilan.

Tomado de La Vanguardia