Los dirigentes cocaleros de Yungas, Rosalba Vargas y Carlos Choque, reaparecieron púbicamente este jueves, un día después de que su comitiva fue intervenida por un operativo en que supuestamente la Policía buscaba aprehenderlos.

Los dirigentes entregaron la mañana del miércoles una carta en la Defensoría del Pueblo para denunciar excesos policiales, pero cuando retornaban a su sede en un vehículo, fueron interceptados por agentes vestidos de civil, según su relato.

Vargas contó que cuando estaban por llegar a la plaza Villarroel, la comitiva fue interceptada por dos movilidades y que los agentes intentaron abrir la puerta del vehículo donde ella se encontraba.

Cree que los dirigentes fueron seguidos desde que dejaron la carta en la Defensoría.

Dijo que fueron correteados “como delincuentes” en el momento del operativo y que los agentes estaban encapuchados y armados.            

“Hemos tenido tiempo, gracias a Dios, de correr, porque tenemos familia y llevamos el pan de cada día”, manifestó la vicepresidenta del Comité de Autodefensa.  

El dirigente Carlos Choque, que también estuvo en el lugar del operativo,  dijo que los agentes encapuchados les apuntaron con un arma y que, además, provocaron que sus compañeras rueden por las gradas.

“Nos han perseguido como si fuéramos criminales, narcos, violadores”, lamentó el presidente de Cofecay, quien agregó que estamos viviendo como en una dictadura.

Junto a la comitiva, también estaba la cocalera Mónica López, quien denunció que fue agredida por los agentes y que incluso le robaron 30 mil bolivianos.  

Vargas desafió a que si la aprehenden, se haga de frente y demostrándole los delitos que hubiera cometido. Choque agregó que no tienen medo, porque consideran que están con Dios de su lado. 

En el operativo fue aprehendida la dirigente Gudelia Botitano, de quien la Defensoría del Pueblo verificó que tiene un moretón.

La Defensoría ya anunció que  solicitará la lista de policías que intervinieron en el operativo, a efectos de indagar sobre los excesos policiales que se habrían cometido en contra de otros dirigentes cocaleros.

Los dirigentes están sindicados por los hechos de violencia del 8 de septiembre, en la toma del mercado paralelo de coca de Villa El Carmen.