HOMILÍA DOMINICAL
Título: 

Iglesia en Bolivia celebra el Día Nacional de los Laicos, testigos del Reino de Dios

Monseñor Sergio Gualberti, arzobispo de Santa Cruz. Foto/ASC

La Iglesia Católica en Bolivia celebra este domingo el Día Nacional de los Laicos, a quienes considera los auténticos testigos del Reino de Dios y de Cristo, principio y fin de la historia en la familia, el trabajo, la profesión, la política y todos los ámbitos de la sociedad.

El arzobispo de Santa Cruz monseñor Sergio Gualberti afirmó que todos los bautizados tienen un rol particular y son los llamados a heredar el reino eterno de Dios, conscientes que, de nosotros, en la eternidad, queda solo el amor dado y recibido.

Durante la homilía dominical, el prelado recordó las tres imágenes de Jesucristo Pastor, Rey y Juez que confirman que el amor es el núcleo central del Reino de Dios, el motivo por el cual Dios mismo se ha hecho cercano a nosotros y se ha vuelto nuestro prójimo en su Hijo hecho hombre.

Recordó que Jesús se ofreció a sí mismo como víctima en el altar de la cruz y se entregó al Padre para la construcción del Reino Eterno y universal que significa el reino definitivo y para todos los hombres de todos los tiempos y lugares que se va construyendo en el cada día de la historia humana.

También existe el Reino de la verdad y la vida, esa la verdad que nos hace reconocer el valor sagrado de la vida y de la dignidad de todos porque somos hijos amados de Dios. Destacó igualmente el Reino de la santidad y la gracia: la santidad a la que todos estamos llamados y que se hace realidad por la gracia de Dios.

El Reino de la justicia, el amor y la paz, los valores evangélicos a las bases de nuestras relaciones con Dios y el prójimo, pilares de la convivencia fraterna y solidaria, y sin los cuales la sociedad cae en la disgregación y la ruina.

Explicó que el amor al prójimo es el crisol decisivo por el cual “todos” indistintamente debemos pasar en el día final. Allí seremos juzgados según la aceptación o el rechazo de Cristo a quien no vemos en carne y hueso, pero que se identifica con cuantos, en el mundo, sufren y son olvidados.

Indicó que el amor al prójimo es identificar con los “hermanos más pequeños”, los pobres, los enfermos, los encarcelados, los “don nadie” de la sociedad y los que son perseguidos a causa de la justicia.

“Tenía hambre y me dieron de comer, tenía sed y me dieron…”. “¿Cuándo Señor… te hemos visto hambriento, sediento… y te hemos dado de comer?… En verdad les digo, cada vez que han hecho esto a uno sólo de mis hermanos más pequeños, a mí me lo han hecho…”., sostuvo monseñor Gualberti.