PIDE NO MIRARLAS CON INDIFERENCIA
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Iglesia está preocupada por la situación de hambre que aflige a muchas familias pobres

Secretario para la Pastoral Social en la CEB, padre Ben Hur Soto.

La Iglesia Católica expresó este domingo su preocupación por la situación de hambre que aflige a  muchas familias pobres en el país y exigió a los actores políticos y sociales a que, en vez de impulsar movilizaciones, piensen en acciones contra el desempleo.

El Secretario para la Pastoral en la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB), padre Ben Hur Soto hizo un llamado al diálogo entre actores para que en el marco del compromiso social, formulen políticas claras ante la situación económica.

Remarcó la preocupación por todo lo que pone en riesgo la salud de las familias bolivianas, “violencia en las calles causando daños a los bienes del Estado, arruinando ambulancias, la falta de insumos y reactivos médicos”.

El prelado señaló también que el colapso en los hospitales es algo que se ve todos los días y preocupa que cada día haya levantamiento de cadáveres de más de 50 personas al día a  nivel nacional y muchos de ellos sospechosos de Covid.

En Santa Cruz, el arzobispo Sergio Gualberti recordó que la opción preferencial por los pobres es un llamado de Jesús para nosotros a no ser indiferentes ante miles de millones de pobres que, todavía hoy, sufren y mueren de hambre en el mundo.

Sostuvo que esta situación se está agravando aún más en estos meses por las graves consecuencias sanitarias, económicas, sociales y políticas causadas por la pandemia del COVID y que están dejando un mundo más desigual e injusto.

Coincidió en que este problema aflige también a nuestro  país en particular a tantos hermanos y hermanas pobres y Jesús hoy nos manda también a nosotros: “ustedes mismos denles de comer”.

Precisó que es también un llamado a dar testimonio de caridad y solidaridad cristiana, a tender la mano a los que nos piden ayuda, a saciar el hambre de pan y el hambre de cercanía, de gestos humanos y de palabras de consuelo y a aliviar el dolor y sufrimientos de los contagiados por el virus y sus familiares.