INICIA TIEMPO DEL ADVIENTO
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Iglesia pide no caer en la tentación de buscar “mesianismos ilusorios” que siempre defraudan

Monseñor Sergio Gualberti. Foto/archivo digital

El arzobispo de Santa Cruz monseñor Sergio Gualberti pidió este domingo no caer en la tentación de buscar “mesianismos ilusorios que siempre defraudan” y al contrario exhortó a mantener viva la esperanza en Jesús ante las inquietudes a cerca del sentido de la vida, las postraciones y los desánimos.  

Al iniciar este domingo el Tiempo del Adviento, que se instala cuatro semanas antes de la Navidad, recordó que está vigente el anuncio del profeta sobre la llegada del Mesías Liberador, quien tendrá la misión de ejercer la justicia y el derecho en el tiempo, restablecer las relaciones armónicas con Dios y con el prójimo, rotas por el pecado del egoísmo y la codicia.

Indicó que ese Mesías vendrá a practicar la justicia en defensa de la dignidad y el derecho de toda persona, en particular de los pobres, marginados y explotados.

“El Mesías anunciado por Jeremías es claramente Jesús, que instauró el reino de Dios en nuestro mundo sediento de justicia, de vida y de paz. Por eso en nuestro país, la devoción al Justo Juez tiene raíces muy profundas, en particular entre las personas humildes y las víctimas inocentes de la justicia parcializada, servil y sometida a presiones económicas y políticas”, afirmó.

En su homilía dominical pronunciada desde la Basílica de San Lorenzo en la ciudad de Santa Cruz, manifestó que continúa el incumplimiento de las repetidas promesas de una reforma general de la administración de justicia, para que el país cuente con una justicia imparcial y ecuánime, apegada a la verdad, a las leyes y respetuosa de la dignidad de la persona humana.

Manifestó que estos requisitos son indispensables para no caer en la discriminación y los favoritismos, y evitar que se recurra a la justicia por mano propia como en el caso de los linchamientos.

En este Tiempo del Adviento pidió no dejarse aturdir por los excesos ni por las cosas perecederas, por los encantos del consumismo, los vicios y los pecados, sino aprovechar el tiempo para valorar a Jesús, el único a nuestra disposición ante las necesidades de la gente.