Ciencia y Tecnología
Trabajan estudiantes de pregrado y doctorantes
UMSA enciende un ‘foquito’ con pila fabricada en Bolivia


Jueves, 24 Abril, 2014 - 20:52

Estudiantes de pregrado, maestría y doctorado de varias unidades académicas de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), en La Paz, produjeron energía eléctrica con una pila “hecha” en Bolivia y en base a materia prima nacional.

 

Los investigadores hicieron el milagro: encendieron un “foquito con la pilita de litio” y ahora sueñan en cosas mayores.

 

El equipo multidisciplinario consiguió su primer objetivo, gracias a recursos provenientes del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH) y la Agencia Sueca para el Desarrollo Internacional (ASDI), que recibe la universidad paceña.

 

Mientras el Gobierno encara el proyecto de industrialización del litio, la UMSA, con bajo presupuesto, dio un paso gigante en esa misma línea.

 

“Una vez que (se) tiene el material (o el prototipo) se construye la celdita y se prueba en el equipo que se llama potencioestato. Básicamente lo que uno hace es estudiar la carga y descarga de estas pilitas que nosotros fabricamos con estos materiales sintéticos (hechos) por nosotros y evaluamos su comportamiento”, dijo a Erbol -con satisfacción- el director del Instituto de Investigaciones Químicas (IIQ), Saúl Cabrera.

 

Después de más de dos años de investigación, el equipo multidisciplinario científico obtuvo el prototipo de material de oxido de manganeso y litio y el fosfato de hierro y litio que requería, lo que permitió encender un lead de 2,5 voltios, a fines del 2013.

 

“Es aquí (que) tú tienes básicamente un foquito que hemos encendido con nuestros materiales”, señaló

 

Nueva etapa

 

El siguiente objetivo del equipo es perfeccionar o incluso corregir procedimientos para el tratamiento de la materia prima.

 

La premisa apunta a fabricar electrodos que permitan encender un foco en cada habitación de una vivienda.

 

En la actualidad el concentrado de oxido de cobalto y litio o conocido como la batería de iones de litio se lo utiliza en teléfonos celulares, cámaras y computadoras portátiles. Sin embargo, esta combinación se la está retirando del mercado por su carácter contaminante.

 

El equipo de investigadores incursionó en la investigación del material de oxido de manganeso y litio para dar energía a automóviles y el fosfato de hierro y litio para los fotovoltaicos o alumbrado en las viviendas, los dos últimos con menor grado de contaminación.

 

Actualmente los investigadores se encuentran ante el desafío de encontrar procedimientos precisos para obtener un alto nivel de pureza, cuyo proceso se denomina química fina. Ahí intervienen el níquel, cobalto, hierro, manganeso, fósforo, titanio, cilicio y carbono. Gracias al litio se consiguen los cátodos y ánodos para la fabricación de la batería de litio de industria boliviana.

 

El Instituto de Investigaciones Geológicas y Medioambiente (IIGM), el Instituto de Investigaciones de Metalurgia y Materiales (IIMM), el Instituto de Investigaciones Químicas (IIQ) y el Instituto de Desarrollo de Productos Químicos (Ideproq) de la UMSA se encuentran en la tarea de conseguir una pureza del 99,94 por ciento de la materia prima. Gracias a ello se podrían obtener electrodos para fabricar celdas y armar una batería destinada a la iluminación de viviendas, faros para automóviles y los teléfonos celulares.

 

Relación con la Planta Ensambladora de Potosí

 

Los investigadores de la UMSA tienen una relación estrecha con las actividades de la “Planta Piloto de Baterías de Ión Litio”.

 

Esta infraestructura se encuentra construida en el municipio de Palca del departamento de Potosí, con una capacidad de ensamblaje diario de 1.000 baterías para celulares o computadoras y 40 para bicicletas o automóviles.

 

“Evaluamos el tipo de batería que hay que producir y les pasamos los datos de las características del mismo que tienen que hacerse allá. Hay que recordar que (en Potosí) hay un proceso de ensamblado. Las materias primas como los electrodos, cátodos y (lo que) ensamblan nos van a ir pasando para probarlos en sistemas fotovoltaicos o eólicos”, agregó Cabrera.

 

El director de la Carrera de Química, Luis Morales, manifestó que los integrantes del equipo de los investigadores se encuentran muy motivados para perfeccionar el prototipo de la batería de oxido de manganeso y litio y el fosfato de hierro y litio de tecnología boliviana. Los estudioso speran mayor respaldo para concretar el proyecto en proceso de desarrollo.

 

Bajo presupuesto

 

El potencioestato, la cámara de vacío y otros para la fabricación de baterías de oxido de manganeso y litio y el fosfato de hierro y litio fueron ensamblados en casa, porque la UMSA no cuenta con recursos suficientes.

 

Profesores universitarios dedican su tiempo libre en actividades para el proyecto científico sin recibir ningún otro incentivo.

 

Los estudiantes de pregrado a tiempo completo reciben al mes un estipendio de al menos 1.000 bolivianos y los que se dedican a medio tiempo 500 bolivianos en cuatro o cinco meses y otra mitad lo hacen “por cariño”.

 

Ellos –cuando encuentran alguna oportunidad de trabajo- dejan el proyecto; mientras, los maestrantes  reciben algo más.

 

Los doctorantes sólo se desempeñan por el grado. Esta situación no garantiza la permanencia de todos los investigadores.

 

Sin fecha producción de baterías en Potosí

 

El 27 de febrero, el exministro de Minería y Metalurgia, Mario Virreira, anunció que en cinco años Bolivia contará con plantas industriales para producir baterías de ión litio de alta densidad, pero en las últimas horas el gerente de Recursos Evaporíticos, Alberto Echazú, señaló que no hay fecha para la producción de las baterías.

 

A finales de febrero pasado, la Corporación Minera de Bolivia (Comibol) y el Banco Central de Bolivia (BCB) suscribieron un contrato de crédito por 237.274.016 bolivianos para financiar el proyecto de implementación del Centro de Investigación, Desarrollo y Pilotaje en La Palca, Potosí, según Virreira.

 

El 17 de febrero, Echazú señaló que la construcción y montaje de la planta demandó 2,9 millones de dólares, aunque todo el proyecto está valuado en 3,7 millones de dólares, porque contempla insumos para el funcionamiento de seis meses, además de la capacitación de profesionales bolivianos, según ABI.