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El consumo de salchichas en San Juan apagó en 22 años las fogatas que eran encendidas en los barrios de las ciudades y en el área rural y alentó el encuentro familiar, pero en torno a un producto nuevo, según manifestó el gerente de Marketing de Tusequis, Mauricio Andrés Torrico.
Recordó que la salchicha fue introducida al mercado sanjuanero hace 22 años con los amuletos de buena suerte. En 1996, hace 18 años, se incorporó el gusto de comer “hot dogs” en familia y evitar el encendido de las contaminantes fogatas, agregó Torrico.
“En San Juan, mucha gente que no adquiere los productos todo el año hace el esfuerzo económico de comprarnos (el producto) porque saben que Stege es sinónimo de San Juan para compartir en familia un buen producto de calidad”, afirmó.
Ya no existe San Juan
El sociólogo David Mendoza señaló que las actividades de San Juan concluyeron porque la esencia de la tradición, que era la fogata, alrededor de la cual se tejían las relaciones sociales y se quemaba lo viejo para adquirir lo nuevo, yano existe.
“Había fogatas vecinales donde compartían todos, al día siguiente veían los signos naturales y hacían las predicciones en plomo, la papa y compartían el apthapi. Se tejía la solidaridad y el conocimiento con muchos vecinos en el área urbana, (hoy) ya no hay porque el fuego ha muerto”, subrayó.
Murió la fogata y nació la fiesta de la salchicha
Hace 20 años, la gente quemaba maderas, elementos orgánicos y otros elementos que no afectaban el medio ambiente. En los últimos años, el encendido de fogatas con productos tóxicos dañó muchísimo el cielo paceño, lo que ocasionó su prohibición.
“(Ante esta situación) algunas empresas han aprovechado (para promocionar) la famosa fiesta de la salchicha en vez de hacer fogatas; incluso hubo una temporada que la gente enloqueció con el consumo y hacía colas enormes”, agregó el sociólogo.
En criterio de Torrico, en este tiempo la salchicha se ha convertido en el producto que vincula a la familia, integrada por niños, jóvenes, papá, mamá, tíos, etc.
En los últimos años, San Juan pasó de ser una fiesta pública a una celebración privada. En otros términos, la esencia colectiva se ha convertido en individual porque la gente ya no sale al vecindario sino comparte en casa.
Según Torrico, ahora casi todos los bolivianos, sin distinción de capas sociales, buscan las salchichas en San Juan porque la mayoría de la ciudadanía prefiere comer en familia, con amigos y en casa, en lugar de quemar.
Finalmente, Mendoza explicó que la ideología del Estado Plurinacional vincula cada vez más el 24 de junio al 21 de junio, año nuevo andino amazónico, lo que mina aún más las tradiciones de San Juan.
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