Cultura
THOA por 30 años recoge la historia oral de los pueblos

Viernes, 22 Noviembre, 2013 - 18:45

En el XXX aniversario del Taller de Historia Oral Andina (THOA), entidad pionera en los estudios de la memoria oral de los indígenas, varios investigadores revalorizaron las actividades académicas de la institución. El evento  contó con la presencia de estudiosos en sociología como Esteban Ticona, Simón Yampara y la directora del archivo histórico de La Paz, Mary Money, entre otros.

 

“El THOA tiene un germen muy particular y se dio en un contexto social, económico y político muy interesante. Allá por los años 80 después del período de gobierno de (Hugo) Banzer, éramos un grupo de estudiantes de sociología de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA), luego fueron incorporándose historiadores y lingüistas en el taller de sociología: “súperestructura e ideología”, dirigido por nuestros hermanos Silvia Rivera y Tomas Huanca”, relató Vitaliano Soria, actual director de la institución.

 

Según Soria, en la universidad de esos años solo primaba la historia oficial y la historia de nuestros antepasados era totalmente desconocida. De esa manera, esa materia de la Carrera de Sociología se convirtió en un equipo de investigación para posteriormente dar paso al actual Taller de Historia Oral Andina, un 13 de noviembre de 1983, mes en que también se recuerda la inmolación de Tupac Katari.

 

“Algo curioso de ese entonces era que uno de los requisitos para integrar el THOA era que seamos de ascendencia aymara o quechua y a su vez hablemos el idioma aymara. Tiempo después flexibilizamos eso e incorporamos a otros hermanos. Comenzamos con el proyecto de rebeliones andinas que en el fondo era la recuperación de la historia todavía no develada de nuestros abuelos y comunidades, que posteriormente se llamó la red de caciques”, cuenta Soria.

 

El primer producto investigativo del THOA, en 1984, fue el texto titulado “El indio Santos Marca T´ula. Cacique principal de los ayllus de Callapa y apoderado general de las comunidades originarias de la república”. Seguidamente, en 1986, se publicaron “Los constructores de la ciudad. Tradiciones de lucha y trabajo del sindicato central de constructores y albañiles 1908-1980” y “Mujeres y resistencia comunitaria: Historia y memoria”. Soria reconoce que su trabajo no fue muy conocido en el ámbito académico de ese entonces, a pesar de haber sido los primeros en acuñar palabras y términos aymaras muy utilizados en la actualidad.

 

“Nosotros fuimos los primeros en hablar del tinku, del ayni, del conocimiento andino, en incorporar a la mujer en la investigación y dirección. Fuimos una de las primeras instituciones que practicó la intergeneracionalidad porque incorporamos al cuerpo de investigadores a los hijos y nietos de los antiguos caciques”, resalta Soria.

 

El sociólogo y miembro activo de esta institución, Esteban Ticona, manifiesta que el THOA en los últimos años ha sido objeto de estudio por investigadores extranjeros que analizan la identidad de este grupo, el uso de su metodología de trabajo y su interpretación de la realidad. Tal fue el aporte de esta institución académica que el año 2006 recibió el Premio Nacional en Aporte a la Ciencias Sociales y Humanas, otorgada por la fundación PIEB (Programa de Investigación Estratégica en Bolivia). 

 

“Yo quiero poner énfasis en eso, porque tiene que ver con la influencia del THOA a las ciencias sociales en Bolivia. Nosotros empezamos nuestra actividad apostando por una línea más multidisciplinaria. Si bien arrancamos con  temas de sociología, nos hemos ido nutriendo del quehacer histórico, del quehacer lingüístico y de la comunicación”, realzó Ticona.

 

Ticona manifiesta que a partir del proyecto THOA se rompen las barreras de conocimiento entre la disciplinas, creándose una línea holística que cuestionaba los paradigmas de investigación vigentes en la década de los 80 como la corriente positivista y que la apuesta fue a otras formas de obtención de conocimiento como la memoria ancestral y la oralidad.

 

“Otro aporte fue ver de otra manera el tema de los levantamientos indígenas. Nuestra investigación (Santos Marca T´ula) fue presentada en la localidad de Chojña, en la provincia Gualberto Villarroel. Era algo totalmente atípico en esa época, que una investigación se presente en una comunidad, porque las presentaciones de libros se hacen en espacios parecidos en el que estamos ahora.

 

Ticona recuerda que esta presentación se hizo en coordinación con la Federación Departamental Tupac Katari de aquel entonces. Tal evento contó con la participación de 40 comunidades de la región donde el cacique Santos Marca T´ula, habría nacido. Allí pudieron conocer a varias personas mayores que rememoraban lo que fue ese levantamiento y la vida de Santos Marca T´ula.

 

“Quizás esta es la relación de las ciencias sociales con los actores. De esa manera salimos a las comunidades a recoger testimonios, historias de vida y memoria colectiva. Ese primer trabajo marcó historia porque fue hecho de forma bilingüe con el aymara y castellano. Debe ser uno de los primeros trabajos de esa época, porque actualmente ya hablamos de educación intercultural bilingüe”, finalizó Ticona.

 

Por su parte, el académico e investigador aymara, Simón Yampara, reconoció no ser un miembro directo de la institución, aunque recordó con mayor profundidad, el origen del THOA, que era conocido inicialmente como la Memoria Comunitaria Andina a inicios de la década del 80.

 

“Yo por entonces, como estudiante, encontré esta palabra que está en debate actualmente en el mundo aunque mal traducido: el Suma Qamaña. Al querer buscarle una significación, los estudiantes aymaras nos reuníamos en los pasillos. Preparando una ponencia evidencié que no había la palabra economía en aymara, entonces había que pensar en eso. De esa manera surgió la idea del Suma Qamaña, pero no solo eso; también encontré boletines de los caciques que circulaban en mi ayllu. Entre esos boletines encontré algo de Marca T´ula, del que no se mencionaba nada. También encontré algo de Leandro Nina Quispe. Estos boletines los pasé al THOA y con esos insumos ellos le dieron un sustento más investigativo”, argumento Yampara.

 

El académico aymara destaca que el Taller de Historia Oral Andina (THOA) y el Centro  Andino de desarrollo Agropecuario (CADA), eran las dos únicas instituciones  que habían promovido la reconstitución de los ayllus y autoridades originarias y de cuyo producto de aquel entonces salió el CONAMAQ. 

 

“El actual gobierno es producto de estos trabajos, que los hicimos en las comunidades y los ayllus de la territorialidad. El accionar institucional donde participamos aymaras y quechuas con las diversas disciplinas estaban THOA y CADA, que se complementaban de una u otra manera”, manifestó Yampara.

 

Mary Money, directora del archivo histórico de La Paz, enfatizó el hecho de que la generación e intelectuales aymaras ahí presentes hayan cumplido un papel esencial para un nuevo enfoque de la historia.

 

“Antes la historia era de actos administrativos o batallas memorísticas donde se ensalzaban la figura de las clases elitarias que gobernaban el país. Estos intelectuales aymaras recurrieron a la historia oral que consiste en viajar al campo, entrevistar a los actores vivos que habían participado en los movimientos indígenas de emancipación… en algunas exposiciones hablaban del Pachacuti, el retomar el curso de su historia en rechazo a esa historia de la élite europea y norteamericana que se transmitía en las universidades”, puntualizó Money.    

 

Se destacan, según Money, producciones académicas como “Taraqu: Masacre, guerra y renovación en la biografía de Eduardo Nina Qhispe”, donde se hicieron cuestionamientos  y una valoración a la historia oral de los pueblos originarios.

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