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El colgamiento del entonces presidente Gualberto Villarroel, el 21 de julio de 1946, fue el resultado de la acumulación de furia popular urbana, desencadenada por varios fusilamientos organizados en noviembre de 1944.
Esas muertes fueron ejecutadas por oficiales de la logia militar Razón de Patria (Radepa) y fueron atribuidas al gobierno. El repudio general a los crímenes fue alimentando el deseo de derrocar a Villarroel.
Dos años después, fracciones importantes del ejército, acompañadas por universitarios y maestros, tomaron el Palacio de Gobierno aquella jornada de domingo. Villarroel se escondió en un armario.
Una ráfaga de ametralladora le quitó la vida. Después el cadáver fue lanzado de uno de los balcones de Palacio y posteriormente colgado en un farol de la plaza.
Mariano Baptista Gumucio y Pablo Michel conversaron en ERBOL sobre estos hechos históricos y señalaron que la idea de colgar al presidente estuvo inspirada en un noticiero sobre la muerte de Benito Mussolini en Italia.
Al finalizar la segunda Guerra Mundial, Mussolini fue capturado y colgado públicamente. Esas imágenes fueron exhibidas en los noticieros, que en ese tiempo, se exhibían en los cines.
Hacer lo mismo con Villarroel implicaba señalar que Villarroel era una especie de “Mussolini boliviano”. El dictador italiano murió en abril de 1945.
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