Puerto Acosta y Puerto Carabuco presentarán sobre ‘Vivir Bien’

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Programa Nacional de Biocultura
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Pobladores de 20 comunidades de los municipios de Puerto Acosta y Puerto Carabuco del Departamento de La Paz, compartirán los resultados e impactos de los proyectos implementados en el marco del Programa Nacional de Biocultura del Ministerio de Medio Ambiente y Agua (MMAyA), con apoyo de la Cooperación Suiza en Bolivia, durante una feria que tendrá lugar este viernes 30 de agosto, en la Plaza Bicentenario de la ciudad de La Paz.

 

Los proyectos contaron con la participación de 871 familias y una inversión que supera el millón 800 mil bolivianos y fueron implementados con la asistencia técnica de la Asociación Cuna.

 

Desde la acción concreta en el territorio, los Sistemas Endógenos Bioculturales (SEBs) que se implementan en el marco del Programa Nacional de Biocultura, materializan la integralidad del Vivir Bien con proyectos que se estructuran en base a cuatro componentes: revalorización y gestión cultural; gobernabilidad e incidencia en políticas públicas; gestión de ecosistemas y;  economía plural.

 

Revalorización y gestión cultural

 

Ancestralmente los maranis que actualmente son también llamados yapuchiris, son reconocidos como sabios predictores del clima.  Hoy  sus saberes se revalorizan ante los desafíos que tienen las comunidades para afrontar el impacto del cambio climático.

 

Cinco sabios predictores del clima –cuatro hombres y una mujer– comparten sus destrezas y  orientan las decisiones que toman las comunidades en materia climática.

 

El proceso de revalorización cultural permitió reconstituir los Calendarios Agrofestivos en 19 comunidades de Puerto Acosta y Puerto Carabuco. Asimismo se logró la recuperación de q’otañas (reservorios de agua), sejes (cestos de totora para granos) y kitos(silos tradicionales) potenciando la gestión de los sistemas productivos.

 

Gobernabilidad e incidencia en políticas públicas

 

La autoridad de losyapuchiris–líderes tradicionales especialistas en temas agroecológicos –, se combina con la representatividad de las Secretarías de Agricultura y Medio Ambiente, que han sido integradas a la estructura y reglamentos de 10 Sindicatos Campesinos.

 

Los líderes naturales de las comunidades se constituyen en factores claves del control social, además de formular y realizar el seguimiento de proyectos e interactuar con los Concejos Locales para incidir en las políticas públicas municipales.

 

En esa dinámica, se inscribe la Ordenanza Municipal que declara el cultivo del tarwi  como Patrimonio del Municipio de Carabuco

 

Gestión de ecosistemas

 

La gestión integral de los ecosistemas se realizó rescatando y potenciando métodos ancestrales para el aprovechamiento de reservorios de agua y el almacenamiento de granos y semillas, así como la reforestación, el reciclado de basura y el uso de abonos naturales.

 

Se ha garantizado el aprovechamiento de 10 reservorios naturales de agua–las tradicionales q’otañas– a través de un plan de manejo integral que compromete a todas las comunidades. Y en el marco de la gestión integral de los ecosistemas se han implementado procesos de reforestación y reciclado de basura a partir de un proceso de capacitación que ha involucrado a profesores y alumnos de las escuelas de la zona.

 

Producción y economía plural

 

La riqueza genética del tarwi constituye un potencial que ha sido puesto en valor y cuyo cultivo emblemático ha sido declarado patrimonio municipal.

 

La producción de tarwi cubre las necesidades de consumo de la población, que ahora tiene acceso a una amplia variedad de derivados del grano –harinas, jugos, tostados– procesados en una pequeña planta industrial que se constituye en fuente complementaria de ingresos para las comunidades y que en el futuro se espera contribuya a la seguridad alimentaria de la población más joven a través del Desayuno Escolar.

 

El tarwi se ha constituido en el eje aglutinador de otros procesos de revalorización productiva, tales como la recuperación los kitos y sejes–que forman parte del modelo tradicional de almacenamiento de granos– que garantizan la preservación de granos, tubérculos y semillas para la producción y el consumo por hasta un periodo de 8 años.  Van quedando atrás métodos modernos de acopio en bolsas plásticas que exponen los productos a las inclemencias del tiempo, especialmente humedad, y los convierten en alimento para los roedores. 

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