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Veinte años han pasado desde que Ciclón jugó por última vez en la Liga del Fútbol Profesional Boliviano, y hoy, con un empate en Montero con Guabirá en un tanto por bando, los albicelestes retornan con paso de parada y con el título de campeón bajo el brazo.
Tal vez a la hora de hacer el balance del partido sirva apuntar que Bogliotti anotó el gol de los tarijeños y que Ríos, cerca del final del cotejo, haya logrado el empate; pero más allá de esos guarismos, lo más importante es que Ciclón accede a la Liga y desborda de alegría la ciudad chapaca, donde sus hinchas ganaron las calles.
Mucho esfuerzo le costó volver a Ciclón y es inolvidable lo que hoy, en lontananza se mira como un mal recuerdo, aquella jornada en la cual, a un minuto de salir campeón, un entrenador no contó que en su equipo, en un cambio había sumado otro extranjero más y perdió el campeonato de forma increíble.
Este sábado dos de mayo trae para los tarijeños la inmensa alegría que saber que volverán a codearse con los grandes del balompié nacional, además de tener la obligación de formar un equipo competitivo.
Hoy la alegría es tarijeña, ciertamente merecida.
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