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La mejor versión de su fútbol fue vista cuando defendía los colores de la Selección Nacional en un partido de eliminatoria, allá por 1977.
Su tarea esa tarde fue factor determinante para el triunfo del conjunto nacional, que con esos dos puntos aseguraba, poco menos, la clasificación de Bolivia para el Mundial de Argentina. Luego la FIFA se inventaría un mini torneo para sacar al país del torneo ecuménico.
Desde la punta derecha, Arturo Saucedo Landa volvió locos a los defensores y pasó de inmediato a formar parte de los inolvidables del balompié nacional.
Mario Marcado, presidente del Club Bolívar, lo quiso contratar, pero Oriente Petrolero lo cotizó en una cifra inalcanzable para el fútbol boliviano: $us 150.000. De allí su apodo: “Camba Caro”. Por esos días, ese dinero alcanzaba fácilmente para armar un equipo de primera, pagas sueldos y primas y tener superávit. Finalmente, el Club La Bélgica compró el pase por $us 120.000.
Fueron también inolvidables sus actuaciones en los torneos nacionales con los verdolagas y dejó su sello en la Liga: Un estilo indescifrable para sus marcadores.
La noche del sábado, tras una larga enfermedad, a los 63 años, el padre de Mauricio Saucedo, jugador de Universitario, falleció en la ciudad de Santa Cruz y con él se fue uno de los últimos punteros derechos que el fútbol boliviano ha dado.
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