Un clásico paceño como para guardar en la retina

Los clásicos debieran ser siempre así: Por momentos bien jugados, con goles, balones estrellados en los palos y el travesaño: Defensores metiendo la cara para evitar un tanto; futbolistas con la adrenalina a flor de piel. Arqueros salvando remates con “destino de gol” y se podría agregar uno que otro etc.

El clásico que The Strongest y Bolívar igualaron a uno la noche de este miércoles respondió a ese tipo de encuentro, en el que también aparecen los jugadores de serenidad pasmosa, como el caso de Castro en el Tigre;  Capdevila y Callejón del lado celeste.

Por eso los hinchas se fueron del Siles con la sensación de haber visto todo lo que un cotejo clásico puede ofrecer, incluso, un mal partido por momentos.

Sólo de esa forma se puede entender que mientras la Academia tenía un jugador más, ante la expulsión de Paz en el Tigre, el primer gol del encuentro haya sido precisamente de los atigrados en una guapeada de tres jugadores: Torrico, Escobar y Checa, que estaba en el lugar justo en el momento oportuno. Corrían 46 minutos de la primera parte.

En el segundo periodo, Bolívar sacó todas sus armas ofensivas para tratar de empatar y el Tigre aguantó hasta donde pudo, en este caso hasta el minuto 75, cuando Capdevila anotó el empate en una jugada de córner.

Luego hubo goles perdidos: Tenorio reventó el palo y el travesaño en dos ocasiones; Ramallo en una. Escobar se perdió dos goles debajo del arco, cara a cara con Quiñónez; Arce y Callejón hicieron lo propio frente a Vaca.

Bolívar sacó un valioso punto en su aspiración de llegar al título y ahora se convierte en el nuevo líder del torneo, con ventaja de un punto sobre Oriente Petrolero. El Tigre, aún puede seguir luchando, a pesar del empate.

Los clásicos debieran ser siempre así, sobre todo emotivos. Aunque en materia táctica, este encuentro haya sido una cosa diferente.