Espectáculo
Bob Dylan
“Mis chances para el Nobel eran tantas como ir a la Luna”


Domingo, 11 Diciembre, 2016 - 10:31

La concesión del Premio Nobel de Literatura a Bob Dylan se le ha ido de las manos a la Academia sueca. Desde el anuncio de su nombre, el pasado 13 de octubre, hasta el acto de entrega de los premios, este sábado, el galardón al cantautor estadounidense se ha desarrollado como un esperpento que ha pasado por las críticas despiadadas al jurado (encabezadas por The New York Times y los propios medios norteamericanos), la ausencia de respuesta del premiado, el anuncio de que éste no acudiría al acto de entrega (aunque sí aceptaba el dinero) y, finalmente, la presencia de Patti Smith (uno de los pocos contrapuntos femeninos en el muy heteropatriarcal panorama de la velada) en representación de Dylan.

Así, en uno de los interludios musicales, la cantante interpretó junto a la Orquesta Filarmónica Real de Estocolmo A hard rain's a-gonna fall, en la que se perdió en una de las parrafadas escritas por Dylan y, tras pedir, disculpas, tuvo que volver a empezar. El famoso discurso de agradecimiento de que prometió Dylan para que lo leyera Smith quedó para la privacidad del banquete real.

Dylan no estaba presente para pronunciar el discurso de agradecimiento, cosa que hizo en su lugar la embajadora de EEUU en Suecia Azita Raji, pero aseguró que estaba "totalmente en espíritu" y que se sentía honrado por haber recibido "un premio tan prestigioso".

Recibir el Premio Nobel de Literatura era algo "que nunca habría podido imaginar, ni verlo venir", aseguró Dylan y recordó que desde pequeño ha "leído y absorbido" las obras de algunos laureados, "gigantes de la literatura" como Rudyart Kipling, George Bernard Shaw, Thomas Mann, Pearl S. Buck, Albert Camus o Ernest Hemingway. "Que ahora yo me una a semejante lista de nombres realmente va más allá de las palabras", afirmó el cantautor.

"Si alguien me hubiera dicho que tenía la más mínima oportunidad de ganar el Premio Nobel, habría pensado que tenía las mismas que de estar en la luna. De hecho, en el año en que nací (1943) y en otros después nadie en el mundo fue considerado lo bastante bueno para lograrlo". Sin embargo, "ni una sola vez he tenido tiempo de preguntarme: '¿son mis canciones literatura?", aseguró Dylan, quien agradeció a la Academia Sueca "por tomarse el tiempo de considerar esa cuestión tan concreta y, en última instancia, por dar una respuesta tan maravillosa".

El nuevo premio nobel señaló que sus canciones, que "son el centro vital de casi todo", parece que "han encontrado un lugar en la vida de mucha gente en muchas culturas diferentes" y está agradecido por ello.

En su texto recordó que cuando empezó a escribir canciones, siendo adolescente, e incluso al tener algo de fama, soñar a lo grande suponía esperar grabar discos y que sus canciones sonaran en la radio, es decir, llegar "a una gran audiencia" y poder "seguir haciendo lo que te habías propuesto". mAl final, ha grabado docenas de discos, tocado miles de conciertos en todo el mundo, "ante 50.000 personas, pero también ante 50" y aseguró que es "más difícil" hacerlo en el segundo caso.

50.000 son una persona única, pero 50 no. "Cada persona tiene una identidad individual separada, un mundo dentro de ellas mismas. Pueden percibir las cosas con mayor claridad". En ese caso, "se pone a prueba tu honestidad y cómo se relaciona con la profundidad de tu talento. El hecho de que el comité Nobel sea tan pequeño no me pasa desapercibido"

Cuando Dylan supo que había logrado el Nobel, tras "más de varios minutos para procesarlo de manera adecuada", se acordó de William Shakespeare y en las cosas que pensaría al escribir y poner en pie una obra, no solo desde el punto de vista de la escritura sino de detalles cotidianos. "Apuesto a que la última cosa que Shakespeare tenía en mente era la pregunta de si esto es literatura", indicó Dylan.

Y como Shakespeare, el cantautor también está ocupado "con frecuencia" en la búsqueda de sus esfuerzos creativos y "lidiando con todos los aspectos mundanos de las cosas mundanas de la vida" como quiénes serán los mejores músicos para una canción o si está grabando en el estudio adecuado. Y es que -concluyó- hay cosas que "nunca cambian, ni en 400 años".

Texto: El Mundo