Indígenas
Experiencias diferentes
Raqaypampa y Charazani, dos caras de autonomía indígena
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Martes, 23 Enero, 2018 - 20:01

Publicado originalmente en Opinión el 22 de octubre de 2017

Reconocidas desde 2009 por la Constitución boliviana, las autonomías indígenas tienen en Raqaypampa y Charazani dos casos emblemáticos de éxito y parálisis. Otros 17 pueblos ancestrales buscan el autogobieno en su lucha por la tierra y sus culturas.

 

Raqaypampa, la exitosa autonomía indígena forjada en base a la cultura

Por Sergio de la Zerda

Ante la discriminación sufrida por su condición de indígenas y su cultura, los pobladores de Raqaypampa se replegaron sobre esto mismo para lograr su autodeterminación, la que ya han conquistado y se aprestan a ejecutar desde 2018, tras un larga marcha iniciada en los 80 y con el desafío inicial de tener agua para la comunidad. 

El poblado quechua ubicado en las alturas de Mizque, a 220 kilómetros al sur de la ciudad de Cochabamba, representa, tras la conformación de una organización campesina propia, la elaboración y aprobación de sus estatutos autonómicos y hasta la elección de sus propias autoridades, una de las tres experiencias más avanzadas de Autonomía Indígena Originaria Campesina (AIOC) del país (las otras dos son las de Charagua en tierras bajas y las de los Uruchipayas en tierras altas).

Blancos e impolutos sombreros de lana, coloridos pantalones y chalecos con figuras de elementos de la naturaleza, y elaboradas prendas femeninas caracterizan visualmente y en toda circunstancia a los más de 7.300 raqaypampeños (Censo del 2012), quienes habitan un territorio de 556 kilómetros cuadrados, que en la práctica es casi una reserva, algo hermética, además. Conservar su vestimenta, idioma y tradiciones ha sido un motivo para estos indígenas sean discriminados en Mizque, la provincia a la que pertenecen y que tiene una población mayormente mestiza. 

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“Había mucha humillación y discriminación de parte de los que viven en Mizque. No nos valoraban, nos criticaban”, señala Gualberto Albarracín, ejecutivo de la Central Regional Sindical Única de Campesinos Indígenas de Raqaypampa (Crsucir), organización que ha sido puntal del proceso de autodeterminación. 

Más lejos va quien fue parte del Consejo Autonómico de la localidad y actualmente es vicepresidente de la Coordinadora Nacional de Autonomías Indígena Originario Campesinas (Conaioc), Clemente Salazar. “Nos discriminaban por nuestros trajes y nuestra forma de vivir. ‘Estos de las alturas qué saben’, decían. Sentíamos que nuestras autoridades eran apenas mensajeros de la Alcaldía de Mizque”. 

Disputa por capitalía frena autonomía en Charazani

Por Santiago Espinoza A.

La cultura y el territorio son dos de los pilares que sostienen la voluntad del municipio paceño de Charazani (provincia Bautista Saavedra) de adoptar la Autonomía Indígena Originario Campesina (AIOC) como modelo de autogestión y autodeterminación política y administrativa. Pero, a la vez, son también dos razones que explican el estancamiento del proceso de conversión de municipio a AIOC, que no sido capaz de superar la fase de aprobación de sus estatutos en detalle.

Situada en la región noroeste del departamento de La Paz, a 272 kilómetros de la capital paceña, Charazani es considerado el epicentro de la cultura Kallawaya, cuyas raíces históricas se remontan al periodo preincaico posterior a la disolución de Tiwanaku, según los datos consignados en el Plan Territorial de Desarrollo Integral de la Autonomía Originaria de la Nación Kallawaya-Charazani 2015-2024. No por nada declarada por la Unesco Obra Maestra del Patrimonio Oral e Intangible de la Humanidad, se trata de una cultura ampliamente conocida y estudiada dentro y fuera de Bolivia, a la que se le asocia con los médicos kallawayas, cultores de una medicina tradicional muy respetada. 

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Aunque predominantemente quechua, la Kallawaya es una cultura que se distingue por su carácter multiétnico, que se expresa en el hecho de que en el municipio también se habla el aymara, el machaj juyay (su lengua) y el puquina, pero también por la complementariedad económica y ecológica de los pueblos que lo integraban y aún lo integral, señala el citado documento. La complementariedad se extiende al ámbito territorial, que está constituido por punas, valles y yungas, lo que “ha permitido el desarrollo de una elevada capacidad de conexión, intercambio y mediación económica, ecológica y cultural de la Nación Kallawaya, como estrategia central de vida y base de su autosuficiencia como pueblo”, añade el plan.

Sin embargo, estas cualidades culturales y territoriales han derivado en que las distintas poblaciones que integran el municipio vayan organizándose en diferentes entidades, creadas a partir de sus ubicaciones geográficas, pero también guiadas por particulares reivindicaciones históricas y políticas. Las tres principales organizaciones indígena-originario-campesinas en el municipio son la Federación Provincial de Quechuas Aymaras de la Nación Kallawaya (FPQANK), el Consejo de Ayllus y Markas de la Nación Kallawaya (CAyMNK) y la Federación de Originarios Yungas de Carijana.  La primera está afiliada a la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (Csutcb), la segunda al Consejo Nacional de Ayllus y Markas del Qollasuyo (Conamaq) y la tercera a la Confederación de Interculturales.

Las tres organizaciones consiguieron aunar voluntades para encaminar el proceso de conversión del municipio a AIOC entre 2009 y 2014, un periodo en el que consiguieron que el sí a la autonomía indígena se impusiera en un referendo (el de 2009), en el que conformaron su Órgano Deliberativo, en el que elaboraron sus estatutos y los aprobaron en grande. Un periodo que, sin embargo, acabó por sus diferencias en el análisis de los estatutos en detalle y por una controversia en particular: la definición de cuál sería la capital de la autonomía.

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