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Colombia
Indígenas de la Guajira mueren de hambre y sed por sequía

Viernes, 25 Julio, 2014 - 13:53

En la Guajira no solo los animales se están muriendo de hambre y sed; también los seres humanos, como consecuencia de la aguda sequía que afecta a la región, según lo denunció la Defensoría del Pueblo, tras realizar una visita humanitaria al departamento.

La crisis no es sólo de agua, también es de alimentos. Para algunas de las comunidades han sido nueve meses y en otras dos años en los que no ven caer la lluvia y las fuentes terrestres del preciado líquido, se han extinguido, advirtió la Defensoría.

A raíz de las enfermedades provocadas por la falta de agua y alimento, en la Guajira 23 menores de edad perdieron la vida el año pasado, mientras durante el primer semestre de 2014 se confirmaron 15, aunque la Superintendencia de Salud estima que hay subregistro porque las comunidades prefieren enterrar a los niños cerca de sus terrenos.

Los animales también han sido víctimas de este círculo fatal, subraya la Defensoría. En una reunión del Delegado para Asuntos Agrarios y de Tierras con ganaderos de la región, se conoció que en los últimos tres meses han muerto 7.000 cabezas de ganado en todo el departamento. Y aunque no tienen una cifra específica, estiman que el 10 por ciento de los chivos que había en la región han fallecido por la falta de agua y por ende, de comida.

El informe destaca que en la región es evidente la desnutrición, que no sólo afecta a los niños. A los adultos se les nota en la caída de sus dientes, y a los menores en la pérdida de cabello.

En Uribia, el último censo indica que son 280.000 los habitantes del área rural, de los cuales hay un estimado de 17.000 niños desnutridos, según cifras preliminares del Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf.

En el municipio de Manuare hay 98 mil habitantes, según el censo de 2005, de los cuales el 65 por ciento están dispersos en la zona rural, donde no hay fuentes hídricas; de esa población se estima que hay 18 mil niños con problemas de desnutrición. En el caso de Riohacha, el Icbf visitó 147 comunidades y considera en su análisis que 2.065 niños, de 0 a 5 años, están desnutridos.

El reporte señala que en el marco de la crisis de agua que afronta el país, y particularmente la Costa Caribe, una comisión de la Defensoría del Pueblo visitó varias comunidades indígenas de la media y alta Guajira, en donde la situación es especialmente difícil porque los recursos hídricos se están acabando ante el intenso verano.

De hecho, hay sectores en los que la supervivencia de la comunidad está en manos de los niños, como sucede en el rancherío Jellusira del corregimiento de Musichi, en jurisdicción de Manaure, donde los pequeños wayúu deben conseguirle agua a su familia.

Generalmente salen a las 6 de la mañana o al mediodía con un burro y dos pimpinas vacías. Se demoran hasta dos horas en llegar al rancherío más cercano, para pedirle a la autoridad tradicional que les regale agua. Si éste tiene que solventar las necesidades de su comunidad y sus animales, se las niega; pero si las circunstancias son favorables, lo hace, y el niño o niña que parte más temprano retoma el camino de regreso para volver a tiempo y que sus padres puedan preparar el almuerzo o la comida, según la hora.

Este rancherío es uno de los más afectados a pesar de estar a unos 40 minutos en carro de la cabecera municipal de Manaure. Lo habitan 40 niños y 35 adultos que viven en tres casas de bahareque en medio de un desierto cuyas condiciones son cada vez más penosas. Si no es por esas pimpinas de agua, no tendrían cómo sobrevivir.

En el área existen dos reservorios (grandes depósitos de agua lluvia para suplir las carencias en la infraestructura de servicios públicos), ubicados a unos 100 metros del rancho, los cuales han sido inútiles, tal como sucede con los 350 construidos en Uribia, de los cuales apenas uno tiene agua porque los demás se secaron y desde unos tres meses no tienen ni una gota.

Sin embargo, la crisis en Jellusira no es sólo de agua, también sufren por el alimento. A pesar de que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, Icbf, les entregó kits básicos de comida, piden que les lleven más, pues no obstante estar a unos 5 kilómetros del mar, solo consiguen pequeñas cantidades de pescado, en ocasiones chivo y muy esporádicamente maíz, del que también hacen el yagaus, una especie de caldo o chicha.

Para algunas de las comunidades han sido nueve meses y en otras dos años en los que no ven caer la lluvia. Para proveerse de agua algunos, como en el rancherío Casutalán, donde hay unas 100 personas, construyeron un pozo artesanal al que dejan caer un tubo de PVC de unos tres metros que se llena de agua y luego lo halan con una cuerda para extraer el agua del pozo natural, la cual al salir presenta coloración gris y características de suciedad, pese a lo cual es llevada en baldes hacia las viviendas. Los niños que juegan fútbol mientras los adultos se dedican a sacar el líquido, beben el líquido en esas condiciones, por lo cual muchos han enfermado y y presentan síntomas como diarrea y vómito.

El panorama es aún más grave, si se tiene en cuenta que en La Guajira solamente hay centros médicos de primer y segundo nivel de complejidad y que cerca de las rancherías no hay sitios para la atención de las comunidades indígenas, para las cuales resulta casi imposible salir a un pueblo, a no ser que llegue algún vehículo para trasladarlos.

Y es que incluso los carrotanques que salen desde la Alcaldía de Uribia tienen que hacer recorridos de 4 a 7 horas para llevar agua a los rancheríos. Cada día, de la planta de tratamiento de agua de este municipio salen de 40 a 60 carrotanques que buscan solucionar en parte la sequía, como se lo informaron autoridades de Manaure a la delegada para los Derechos Colectivos y del Ambiente, al de asuntos Agrarios y Tierras, y a la defensora Regional en La Guajira.

Medidas urgentes

Debido a esta situación y a los pronósticos por la inminencia del Fenómeno del Niño que iría hasta marzo de 2015, la Defensoría del Pueblo solicitó al Gobierno Nacional y a las autoridades territoriales, realizar una intervención humanitaria de emergencia para que se diseñe y construya un sistema de pequeños embalses y reservorios de regulación hídrica, se entreguen kits alimentarios de forma oportuna y sistemática a la población, y se instaure un programa de suplementación alimenticia, que además de los pobladores cubra a los animales y signifique el aprovisionamiento de insumos para los cultivos.

La petición de la Defensoría del Pueblo a los Ministerios de Agricultura, Interior y Ambiente, así como a Ingeominas, el Incoder, el Departamento para la Prosperidad Social (DPS), la Unidad de Gestión del Riesgo de Desastres y CorpoGuajira, incluye la construcción de pozos profundos para la extracción de aguas subterráneas y obras para rehabilitar los reservorios de agua, debido a que entre septiembre y octubre habría una temporada corta de lluvias que pueden ser almacenadas.

También se pidió poner en funcionamiento el Proyecto Multipropósito Río Ranchería, que es una represa en donde hay agua que podría proveer a nueve municipios de La Guajira, pero al que le hace falta la construcción canales de distribución hacia los acueductos y distritos de riego.

Ello se complementaría con el diseño e implementación de proyectos productivos para generación de ingresos y seguridad alimentaria, y alivios financieros para créditos que beneficien a los afectados, así como incentivos de capitalización y apoyos financieros para los productores afectados. (Radio Santa Fe)

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