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La Cancillería desclasificó este lunes los documentos que tenía en secreto y que corresponden a la época de la dictadura militar. Entre los documentos difundidos, se destaca reportes diplomáticos sobre seguimiento a exiliados bolivianos y personalidades como el Che Guevara, Hernán Siles Zuazo y Luis Espinal.
“Queremos recordar la memoria histórica de los acontecimientos suscitados en el periodo de las dictaduras porque nos ayudarán a develar la verdad de las acciones de los diplomáticos de ese entonces”, manifestó el canciller David Choquehuanca.
El Ministro de Relaciones Exteriores indicó que en esa época las misiones diplomáticas coadyuvaban a los dictadores con la persecución internacional, colaborando con otros países gobernados bajo el mismo régimen.
Instó a los otros ministerios a que también se desclasifique sus archivos de la dictadura. Recalcó que la obligación de todos es educar a nuestros hijos sobre los sucesos de este periodo para que no vuelvan a suceder.
Personajes
Entre los documentos desclasificados destacan varios nombres reconocidos en la historia política boliviana.
Al padre Luis Espinal se lo menciona en una nota de 1964, enviada al entonces ministro Juan Pereda Asbún. En este documento se revela que la dictadura de Banzer quería sacar del país al sacerdote jesuita y luchador por la democracia.
En dicho texto, se habla de un viaje fortuito que debía hacer Espinal y que esa oportunidad “solucionaría la necesidad de su alejamiento del país propuesta por los Organismos de Seguridad del Estado, en vista de su labor de fustigación en contra del Gobierno Nacionalista”.
Respecto al Che Guevara, existe una nota de 1967 en que se revela el apoyo del presidente peruano de entonces, Fernando Belaúnde (que incluía alimentos y municiones) para los esfuerzos del gobierno de René Barrientos contra la guerrilla encabezada por el argentino-cubano.
También en otros documentos se develan intenciones de Brasil de intentar capturar al Che.
En otra nota, ya en los años ’70, el cónsul en Tacna, Perú, advirtió al Ministro del Interior que el artista argentino y dirigente minero en Bolivia, Liber Forty, estaba yendo a esa ciudad donde era director de un grupo teatral. En este texto, el representante diplomático se comprometía a seguir los pasos del supuesto “extremista” amigo de Juan Lechín Oquendo.
Unos documentos también revelan el seguimiento que hacían las representaciones diplomáticas de exiliados bolivianos en el norte argentino, y que además pedían que se haga gestiones reservadas para que se lleve a los perseguidos a regiones más alejadas de Bolivia.
El expresidente Hernán Siles Zuazo aparece mencionado en un documento sobre seguimiento de exiliados en Montevideo. En el mismo se da un reporte completo de las actividades personales y sociales del exmandatario.
En una nota de 1976 se menciona que, para el servicio de inteligencia de la dictadura de Banzer, el periodista Antonio Peredo Leigue era un extremista fabricante de bombas. Peredo después llegó a ser senador del MAS, durante el gobierno de Evo Morales.
Una de las personas mencionadas en estos archivos estaba presente en el acto de la Cancillería: Nila Heredia, activista de derechos humanos y exministra de Salud. Una carta de la dictadura de Banzer la clasifica como una subversiva que recibió entrenamiento de terrorismo.
Parte de los documentos
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