Alejandra: La historia dirá si Mesa traicionó a Goni

Alejandra Sánchez de Lozada, hija del expresidente Gonzalo Sánchez de Lozada,  dejó que la historia juzgue si el exvicepresidente Carlos Mesa traicionó a su padre durante la crisis de octubre de 2003, cuando renunció al cargo acorralado por una revuelta popular.

La  hija concedió una entrevista telefónica a Erbol desde Estados Unidos, luego que el pasado 30 de mayo, el  juez James Cohn de la Corte de Distrito de Florida, revirtiera el veredicto de un tribunal ciudadano que halló a culpables a su padre y sus exministro de Defensa, Carlos Sánchez Berzaín por las muertes de "octubre negro".

Dijo que Mesa sabrá en su conciencia de lo que ha hecho y que su partido  -el MNR- muy perfectamente se ha manifestado porque Mesa “era muy cercano, estaba siempre en reuniones y había muy buena relación”.  

Estimó que en algún momento Sánchez de Lozada dirá su palabra sobre muchas cosas importantes, que tienen relación con lo que está pasando ahora en Bolivia.

“Yo creo que él lo quiere hacer (hablar), porque lamentablemente estos años, por el juicio, no era aconsejable que haga declaraciones o pueda expresar o hablar, etc; entonces tenía esas limitaciones (y), creo que ahora podemos hablar muchas cosas importantes”, indicó.

Señaló que en algún momento saldrán entrevistas o diferentes formas en que la familia pueda  comunicar su opinión y “creo que hay gente en Bolivia que quiere saber y entender lo que pasó en esa oportunidad y también lo que es ahora Bolivia, porque hay muchas cosas entrelazadas”.

Indicó que durante la crisis de octubre 2003, su padre no quiso quedarse en el poder y vio la sucesión constitucional como una salida para preservar la democracia y por eso presentó renuncia al cargo y convocó al Congreso para que acepten la dimisión.

Dijo que su  padre asumió el  mando de la nación en condiciones bastante difíciles, con los precios de materias primas muy bajos y por eso desde el inicio de su segundo gobierno, Goni buscó el diálogo y la negociación.

Sostuvo que en ningún momento ha tenido intención de ejercer violencia de manera deliberada en los conflictos de 2003 y eso fue demostrado en el juicio civil, que duró casi 10 años y donde los 100 abogados que tuvo la parte acusadora, no pudieron demostrarlo ante la justicia.

Alejandra aseguró que ellos como familia tienen compromisos con la democracia boliviana y puso de ejemplo las varias disposiciones legales que democratizaron la política y los recursos económicos en el país.

Sin embargo observa que la democracia de hoy es frágil porque la justicia está controlada por el poder político, y los medios están siendo desestabilizados como forma de afectar a la democracia.

Consultada si algún rato su padre pensó en volver a Bolivia, dijo: “Quisiéramos regresar, tenemos amigos y familia, si se puede algún día regresar, podemos regresar. Es importante resaltar que estamos involucrados en Bolivia”.

Recordó que sus abuelos fueron exiliados y que su padre prestó servicio militar en el altiplano boliviano y vivió hasta los 21 años, es decir, vivió más años en Bolivia, que en Estados Unidos, comentó.  

“No descartamos (volver) porque obviamente siempre añoramos nuestro país. Sí hay condiciones de una justicia que no esté controlada por el poder político, que haya una verdadera democracia, creo que es posible”, declaró a tiempo de negar que su padre tuviera doble nacionalidad.