Regional
Pese a que en noviembre sabían
Revilla estudia reconstruir la última chullpa preincaica
Imágenes del templo preincaico. Foto/archivos digitales

Sábado, 10 Marzo, 2018 - 10:58

 -Rolando Carvajal, especial para Erbol

Alcaldía estudia acciones legales para realizar mantenimiento de chullpa que se encuentra en un predio privado. Bajo ese epígrafe el gobierno local al mando  de Luis Revilla,  anunció, largas semanas después del siniestro, iniciativas concretas para precautelar la torre funeraria de Chijipata –o lo que queda de ella- después del desplome de su portal y el sector este que da al nacimiento del sol.

De acuerdo a la Sociedad Arqueológica de La Paz, el derrumbe ocurrió en noviembre pasado, y fue reportado al municipio, con el correspondiente reclamo en enero por la nula intervención edil, dijo la arqueóloga Karina Aranda.

La especialista refirió el desastre luego de conocerse, el pasado sábado 3, la versión de dos testigos civiles de que la tumba aymara de 800 años, fue impactada por un vehículo hace tres meses, le cayó un rayó hace uno y se desmoronó finalmente hace dos semanas.  

La Alcaldía evalúa los daños causados por las lluvias en la chullpa de Kellumani para planificar su reconstrucción, informó también el secretario municipal de Culturas Andrés Zaratti, parte del conjunto ejecutivo municipal que, en casi tres años de alertas (desde 2015) sobre el riesgo que acechaba al monumento prehispánico más antiguo de la ciudad, no pudo ni expropiar los predios donde se asienta el sitio arqueológico ni destinar presupuesto para ejecutar sus “acciones de mitigación”.

Al momento de colapsar la chullpa, erigida en tiempos de los señoríos aymaras del año 1200 y por tanto anterior al imperio inca, no contaba ni siquiera con cuatro palos que soporten dos calaminas o algún material aislante o cercado   que la protegiera  no solo de las granizadas, lluvias y ventoleras, sino del accionar de los loteadores y engordadores de tierras comunitarias, y de otros atentados a su estructura debido al abandono y la vulnerabilidad a que la condenaron las autoridades.   

Los dos lotes en que se encuentra el entorno de la chullpa (polígono, para el municipio) son lo último, unos 2.000 metros cuadrados,  que queda de un vasto sitio arqueológico que hasta hace unos 15 años comprendía unos 60.000 m2 en la meseta de Chijipata, que forma parte de Kellumani, aledaño al barrio de Achumani, en la zona sur de la sede de Gobierno, hoy perdido y loteado por las construcciones ilegales y los nuevos asentamientos urbanos que se extienden a vista del gobierno municipal.

Dos boletines de la Agencia Municipal de Noticias dan cuenta de las reacciones del alcalde y el ejecutivo cultural, entre ellas una eventual reconstrucción que pudiera haber sido innecesaria si se la hubiera protegido por lo menos estas últimas tres temporadas de lluvias y los largos meses que estuvo expuesta al daño humano, que los arqueólogos llaman riesgos antrópicos. 

Tampoco informaron cómo se desarrollará técnicamente la reconstrucción –si esta es posible- y si se tomará en cuenta a los arqueólogos y otros especialistas o si se destinará por fina una partida presupuestaria, acaso de los saldos sin ejecutar que el municipio registró en las últimas gestiones.

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