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El viceministro de Seguridad Ciudadana, Carlos Aparicio, informó que la Policía está buscando aún a 10 prófugos responsables del atraco al blindado de Brinks y haber ayudado a la fuga del brasileño Mariano Tardelli, líder de la banda criminal que perpetró este asalto.
Entre los fugitivos están el dirigente indígena Romer Méndez, acusado de movilizar a su comunidad para entorpecer las acciones policiales de captura a Tardelli y coordinar, con abogados en Santa Cruz, una campaña mediática para descalificar los operativos.
Según Aparicio, también se a Idilio Méndez, hijo del dirigente, quien habría colaborado al brasileño.
El viceministro señaló que además están prófugos un ciudadano de nombre Mauricio, quien tenía que aprovisionar una moto a los delincuentes, y Julio César Hurtado Landivar, quien les llevaba alimento y medicamentos.
Otras seis personas, presuntamente brasileños, también están buscados. De ellos, Aparicio sólo mencionó sus apodos: Magriño, Coroína, Jugador, Bahía (quien habría salido hacia Corumbá), Madruga, Benono.
La autoridad gubernamental sostuvo que Tardelli organizó el atraco a Brinks, debido a que su actividad con el narcotráfico había sido duramente golpeada en operativos realizados por la Policía brasileña.
Reveló que el líder de la banda usó su contacto con la organización criminal brasileña Primer Comando de la Capital (PCC) con el objetivo de reclutar a antisociales con experiencia en estos ilícitos para el asalto en Bolivia.
La captura
El viceministro reconoció que comunarios de la hacienda Naranjo ayudaron a la Policía a capturar a Tardelli.
Respecto a las versiones de que se había dopado al brasileño, dijo que cuando llegó al lugar Tardelli estaba despierto y hablando.
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