Seguridad
Familiares acusan a COSSMIL
Denuncian que un militar está en coma por “mala atención”


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Martes, 30 Junio, 2015 - 14:43

Los familiares del sargento segundo de la Fuerza Aérea Boliviana (FAB), José Canqui, denunciaron que éste entró en coma y sufre de muerte cerebral debido a una mala atención recibida en la Corporación del Seguro Social Militar (COSSMIL), donde el uniformado está asegurado.

Según relató Daniel Nava, familiar político del sargento de 30 años, éste acudió a COSSMIL en el año 2008 por un dolor fuerte en las rodillas.

Luego, por diagnósticos errados y suministro de medicamentos no adecuados, Canqui ingresó al estado de coma desde la anterior semana.

Cuando el uniformado fue a COSSMIL por este dolor en las rodillas, los médicos optaron por una disección de meniscos y lo operaron, aunque sin realizar un estudio previo, denunció Nava.

“A partir de ahí, José empeora, empieza a caminar con bastón, los médicos lo reevalúan y lo vuelven a diagnosticar con otra enfermedad que es la llamada tuberculosis articular, le hacen un tratamiento de seis meses pero no tiene mejoría alguna”, relató.

Luego, la familia consultó con un médico externo, quien dijo que Canqui sufría de artritis reumatoide. Con este diagnóstico, el uniformado nuevamente acudió a COSSMIL, donde le recetaron una serie de medicamentos.

“Le dieron los mismos medicamentos durante años, desde el 2008 al 2014 estaba con la misma medicación pero había mejora y José seguía caminando con bastón”, lamentó Nava.

El 2014, el uniformado regresó a COSSMIL a pedir atención médica, esta vez por dolores intensos en el estómago y vómitos.

“Pero sólo le dan medicamentos que protegen al estómago, pero la hermana de José es médico y ella vio algunos síntomas que nos hizo pensar que José tenía un problema con los riñones. Al final, José ya no podía ni comer”, indicó.

Sin embargo, según denunció Nava, los médicos especialistas en padecimientos del estómago y de riñones se negaron a atenderlo e internarlo.

La familia esperó tres meses y al notar que no recibían respuesta, nuevamente buscaron a un médico externo quien les dijo que Canqui había perdido la función de sus dos riñones.

“Volvimos a COSSMIL, donde lo internan de emergencia porque José ya no podía comer. Después le detectan amiloidosis secundaria, debido a una inflamación crónica que sufrió José por la mala atención que recibió todo este tiempo”, afirmó.

En enero de 2015, Canqui fue desahuciado por los médicos de COSSMIL, quienes aseguraron que la enfermedad que éste padecía no tenía cura.

“Pero nosotros investigamos por nuestra cuenta y sí había un tratamiento pero los medicamentos eran caros”, dijo Nava.

La familia hizo los esfuerzos necesarios y compró los medicamentos y José empezó a mejorar pero al poco tiempo, los cercanos al enfermo ya no contaban con los recursos para comprar las medicinas.

Fue entonces cuando nuevamente fueron a COSSMIL para pedir que sea esta instancia la que compre los medicamentos para Canqui.

Pero pese a varias solicitudes escritas, los administrativos se negaron a ayudar a esta familia, justificándose tras una Resolución proveniente del Ministerio de Salud, que cita que COSSMIL no puede comprar medicamentos que no estén aprobados por el presupuesto del seguro.

Desde el mes de abril hasta la pasada semana, la familia envió varias notas pidiendo esta colaboración a COSSMIL, afirmando incluso que Canqui estaba en riesgo de muerte pero aún así no fueron atendidos.

El jueves de la semana pasada, Canqui sufrió dolores fuertes de cabeza y convulsiones. Pese a que los familiares pidieron ayuda a los médicos, éstos no lo atendieron sino hasta 45 minutos después.

“Le pusieron un medicamento y José se quedó tieso de pronto y desde entonces está con muerte cerebral. Ahora vive gracias a un respirador artificial”, lamentó Nava.

El familiar de la víctima considera que ya no existe esperanza de mejora para José, no obstante pidió al Gobierno que realice un cambio de fondo en el sistema de salud.

Por su lado, la madre de José, Francisca Quispe, expresó en medio de lágrimas que los médicos que causaron los padecimientos que sufrió su hijo deben ser sancionados.

“Mi hijo perdió las rodillas, los oídos, los riñones. Tenía convulsiones. No hay justicia para la gente pobre. Que los médicos sigan mintiendo pero tiene que haber un castigo para ellos”, expresó.

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