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Una extrabajadora de Radio Deseo la denunció
Galindo es acusada de abuso psicológico y humillación


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Jueves, 1 Octubre, 2015 - 20:29

Kathy Trujillo, extrabajadora de Radio Deseo, acusó a la directora de este medio de comunicación María Galindo de ejercer violencia psicológica contra ella y humillar a su madre.

Trujillo calificó a Galindo de “repugnante” por una presunta doble moral con la que vive la activista feminista al luchar por los derechos de la mujer y al mismo tiempo humillarla.

La exempleada difundió públicamente una carta a la que tituló “No te tengo miedo, María Galindo”.

Según su relato, Trujillo trabajó en Radio Deseo como pasante de medio tiempo en el cargo de producción y coordinación del programa “La Loca Mañana”, función por la que se le cancelaba 1.000 bolivianos al mes, aunque ella debía gastar de su propio dinero para llamadas de coordinación con invitados.

“¿Te enfureció que no fuera personalmente a dejar mi carta de renuncia porque quería evitar otro griterío y más humillación de parte tuya? ¿Tan grave fue que no bajara la cabeza frente a ti, que no me ponga a llorar y me quede callada como las mujeres que te rodean? Soy lo suficientemente inteligente para darme cuenta que sólo aceptas pasantía para no pagar beneficios sociales, ni horas extras, ni seguro social. Y luego te llenas la boca demandando esos derechos para mujeres víctimas de explotación laboral”, cita una parte de la carta.

La nota agrega que Trujillo fue víctima de constantes humillaciones por supuestos pequeños errores que habría cometido en el desarrollo de sus funciones. Incluso aseveró que en una oportunidad Galindo le arrojó su sueldo en un escritorio.

Por otro lado, Trujillo narró que Galindo también humilló públicamente a su madre este jueves, cuando ésta acudió al acto de despedida a la periodista Amalia Pando, quien cerraba un ciclo de conducción en Radio Deseo.

De acuerdo con la denuncia, la madre de la extrabajadora preguntó a Galindo si seguía molesta con su hija. “Y entonces oí la sarta de insultos y groserías que le respondiste ante la mirada estupefacta de mi madre, de mi hija, de quienes no entendían lo que estaba pasando y la mirada indiferente de tus compañeras de Mujeres Creando que estaban al lado tuyo”, dice su carta.

“¿Crees que insultarme y decirle a mi madre que no valgo nada, que no me recomedarías a nadie para que me dé trabajo, que me puedo ir a la mierda y que es una pena que sea su hija, te hace más humana, te hace una mujer íntegra, te hace una mujer respetable, te hace diferente de un macho violento? Hoy solo puedo decir que eres repugnante María Galindo y no te tengo miedo”, finaliza la nota.

La carta pública de Trujillo

NO TE TENGO MIEDO, MARÍA GALINDO.

Esta vez voy a contar todo lo que tengo para decir, porque, como te dijo Amalia esta mañana, tú eres agresiva y malcriada y no puedes esperar otra cosa como respuesta cuando actúas así con los/las demás.

Así que aquí tienes mi respuesta ante el atropello verbal y, por tanto, violencia psicológica al que sometiste a mi madre y a mi hija de dos años en medio de un momento tan lindo como el que pretendían pasar las oyentes de Amalia en su almuerzo de despedida.

Fui a la Virgen de los Deseos a recoger a mi hija de la guardería y entré al restaurant porque sabía que mi madre estaba ahí con intención de despedirse de Amalia Pando. La saludé a mi madre y me fui, porque no pretendía compartir la mesa contigo. Habiendo avanzado una cuadra, di media vuelta porque recordé que mi madre perdió el celular y que seguramente querría una foto con la  periodista a quien admira.

Lamentablemente, ya que venían charlando tan amenamente contigo, a mi madre se le ocurrió preguntarte si “todavía estás enojada con Kathy”, y entonces oí la sarta de insultos y groserías que le respondiste ante la mirada estupefacta de mi madre, de mi hija, de quienes no entendían lo que estaba pasando y la mirada indiferente de tus compañeras de Mujeres Creando que estaban al lado tuyo.

¿Dónde están tus valores? ¿Por qué actúas con tanta hipocresía? ¿Qué clase de feminismo es el que construyes? ¿Acaso el feminismo consiste en dar palo a los hombres violentos y arremeter contra ellos sin siquiera mirar y ponerte a reflexionar sobre tu propio comportamiento como mujer?

¿Cómo puedes embanderarte con la defensa de las mujeres y luchar contra la violencia machista cuando tú misma eres sumamente violenta en tu propia casa, con tus propias compañeras de lucha, con las mujeres que van destrozadas a buscarte creyendo que en ti hallarán una palabra de consuelo, con las mujeres que trabajan para ti, con las mujeres que, al igual que yo, no se sometieron a tu tiranía?

Eso es lo que te molestó tanto ¿cierto? ¿Por qué no lo aceptas? ¿Por qué no aceptas que actúas igual que el macho violento cuando una mujer tiene el coraje de poner fin a tu maltrato?

Te molestó que yo haya renunciado porque, además de no soportar tus gritos y la violencia psicológica que ejercías contra mí, ganaba Bs.1000 como pasante de medio tiempo, cuando sabías perfectamente que el trabajo de producir tu programa no era nada simple, que yo llegaba a mi casa y continuaba trabajando, realizando llamadas a celular desde mí teléfono y con mi plata y haciendo de todo para no fallar, para evitar la tensa situación de decirte que no llegaría el invitado.

Te molestó que haya dejado tan valiosa oportunidad de trabajar medio tiempo y me paguen ¡¡¡mil bolivianos!!! Sin percatarte que soy lo suficientemente inteligente para darme cuenta que sólo aceptas pasantía para no pagar beneficios sociales, ni horas extras, ni seguro social. Y luego te llenas la boca demandando esos derechos para mujeres víctimas de explotación laboral.

¿Tanto te dolió que te dijera que no me permitías trabajar tranquila por causa de tus constantes contradicciones: un día “invitá a todos los candidatos, hasta al más michi” y cuando los llevaba, tremendo escándalo porque no eran los “peces gordos”. Qué culpa tenía yo de que Gringo Gonzales me haya plantado 3 veces y que en vez de él, para salvar el programa, te haya llevado a otro candidato?

¿Tanto te dolió que en tu última arremetida contra mí te haya pedido que no me grites porque yo no te estaba faltando al respeto, como para que lances los 1000 Bs. de mi sueldo a la mesa con el aire de gran patrona?

Te enfureció que no fuera personalmente a dejar mi carta de renuncia porque quería evitar otro griterío y más humillación de parte tuya. ¿Tan grave fue que no bajara la cabeza frente a ti, que no me ponga a llorar y me quede callada como las mujeres que te rodean? Tan acostumbrada estás a implantar tu tiranía porque, pese a que lo niegas constantemente, la mandamás en Mujeres Creando eres tú, porque las demás te tienen miedo, porque no se te puede preguntar nada personal, porque hay que cuidarse mucho antes de decir cualquier cosa, no vaya a ser que un simple comentario haya tocado tu punto débil que es tu gran ego y lo posesiva que eres y despierte al monstruo!

¿Tanto te dolió que con mi renuncia al cargo de productora de “La loca mañana” haya puesto un freno a tu maltrato, tus gritos, tu falta de compañerismo, tu agresividad, tu intransigencia, como para que le destroces el corazón a mi madre y a mi hija, de tan sólo dos años, con insultos y gritos frente a todas las personas que querían pasar un lindo momento de despedida con Amalia Pando?

¿Crees que insultarme y decirle a mi madre que no valgo nada, que no me recomedarías a nadie para que me dé trabajo, que me puedo ir a la mierda y que es una pena que sea su hija, te hace más humana, te hace una mujer íntegra, te hace una mujer respetable, te hace diferente de un macho violento?

¿Por qué dices que a mi hija se la trata como una reina en la guardería mientras yo entro y salgo de ahí? ¡¿ACASO NO PAGO PARA ESO?!

¿Crees que mi pequeña hija se sintió cómoda viendo cómo gritabas a mi madre estando en sus brazos?

¿No crees que ejerciste violencia psicológica contra una mujer y una niña que no tenían nada que ver con el tremendo odio que me tienes? ¿Con qué cara hablas de la hija de Andrea Aramayo que quedó sin su madre producto de la violencia machista, cuando tú sin filtro alguno te comportas con semejante bajeza frente a otra niña aún más pequeña?

Pensé que yo no te importaba tanto. Pensé que cuando me decías “no pienso discutir contigo” al planificar algún programa, era porque me considerabas poco menos que un bicho. Pero por lo visto he marcado una huella tan profunda en ti, que vuelcas toda tu ira y odio sobre personas que sabes que amo con tal de lastimarme, de herirme profundamente.

No dije nada antes porque no quise mezclar la tensa relación laboral que tuve contigo, y todo lo que significa el trabajo de las mujeres que conforman el colectivo, porque estás rodeada de mujeres que se esfuerzan por cambiar la dura realidad que nos rodea, pero que paradójicamente callan frente a la violencia que ejerces hacia ellas y a las demás como yo, o como las tantas productoras a las que debes odiar por haberse atrevido a dejarte.

No dije nada en contra tuyo, a pesar de que muchos sospechaban los motivos de mi renuncia, porque, a pesar de todo, yo sí sé separar la relación laboral de los problemas personales. Traté de recoger lo positivo de la experiencia de trabajar contigo y los pocos buenos momentos que pasé en la radio, como cuando me lanzabas flores diciendo “Erbol no sabe lo que ha perdido, perdiendo a Katherine, porque tiene un tino comunicacional extraordinario”

Seguí sosteniendo que te admiraba por tu valentía e inteligencia hasta unos minutos antes de tu repugnante actuación que mandó al diablo la poca admiración que me quedaba por ti.

Aprovechaste un momento en el que ni mi madre ni yo podíamos reaccionar como merecías por respeto a las otras personas que presenciaban atónitas tu despreciable espectáculo. Te metiste con lo más valioso que tengo y cometiste un gran error.

HOY SÓLO PUEDO DECIR QUE ERES REPUGNANTE, MARÍA GALINDO, Y ¡¡¡NO TE TENGO MIEDO!!!

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