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Como lo habían anunciado, los dirigentes de los discapacitados se presentaron este miércoles en la estación de la Línea Roja del teleférico en La Paz para entablar diálogo con el Gobierno. Esperaron tres horas ante un contingente policial que resguardó las instalaciones y se fueron con las manos vacías, aunque con la bendición de un sacerdote.
La estación estuvo con resguardo policial que evitó el ingreso de los discapacitados a estas instalaciones. Cuando ellos pidieron ir al baño, los efectivos condicionaron que sólo podrían hacerlo uno por uno. El dirigente David Cayo lamentó esta situación y recordó que usar el teleférico es derecho de todos.
Hay resguardo policial en la estación del teleférico donde los discapacitados quieren reunirse con el Gobierno pic.twitter.com/XeCz3UcY01
— ERBOL (@ErbolDigital) 11 de mayo de 2016
Además, un señor también con capacidades distintas, ajeno a la marcha, trató de ingresar, pero la Policía se lo impidió y con enojo el señor desistió de su intento. Entretanto, los usuarios habituales tuvieron que usar entradas alternas para usar el teleférico.
Mientras esperaban los dirigentes, un padre católico pasó por el teleférico y se puso su ropa sacerdotal para ungir a los discapacitados que esperaban a los representantes del Gobierno.
Los dirigentes esperaron en vano. Ya en la mañana el viceministro Alfredo Rada ya había anunciado que el Gobierno no iría al diálogo por considerarlo “poco serio”, después de que el martes cinco ministros esperaron a los discapacitados para iniciar una reunión.
“Vamos a retirarnos, no hemos venido a bloquear ni interferir el teleférico”, dijo el representante máximos de este sector, David Cayo, al terminar el compás de tres horas de espera que se había fijado.
Los discapacitados exigen que el Gobierno les otorgue un bono mensual de 500 bolivianos, pero las autoridades dicen que el mismo es inviable.
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