Iglesia insta a medios evitar noticias cargadas del mal

La Iglesia Católica boliviana instó este domingo a los medios de comunicación evitar la difusión de noticias cargadas del mal y por el contrario contribuir a la búsqueda de un estilo comunicativo abierto y creativo que trate de mostrar las posibles soluciones, favoreciendo una actitud  responsable en las personas a las cuales va a dirigida la noticia.

Ese mensaje fue pronunciado por el Arzobispo de Santa Cruz, monseñor Sergio Gualberti, durante su homilía dominical, en el marco de la celebración de la Iglesia Universal sobre el día de la Ascensión del Señor a los cielos y la 51º Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, en la cual exhorta a los medios a  comunicar la esperanza y confianza en nuestros tiempos.

“Que la comunicación no dé protagonismo al mal y al sensacionalismo. Esta parte sería bueno que nuestros medios de comunicación escucharan. Para eso hace falta tener una mirada adecuada que nos permita descifrar la realidad, partiendo de una  buena noticia que es Jesús mismo, quien nos han transmitido la mirada esperanzadora del Padre”, manifestó.

Dijo que es necesario romper el círculo vicioso de la angustia y frenar la espiral del miedo, fruto de esa costumbre de centrarse en las malas noticias sobre las guerras, terrorismo, escándalos y cualquier tipo de frustración en el acontecer diario.

Sin embargo expresó su optimismo deque después de cada noticia, siempre haya una chispa de esperanza, desde el momento que el amor sea capaz de despertar esperanza, confianza y manos listas para construir.

“Todo drama tiene que despertar solidaridad y nuestro compromiso. La confianza de que el Señor está con nosotros va configurando una nueva manera de comunicar y nos hace capaces de trabajar con la condición que es posible de descubrir e iluminar la buena noticia presente en la realidad de cada historia y el rostro de cada persona”, expresó monseñor Gualberti.

Recordó que el poder de Jesús no es como el poder de este mundo, marcado de intolerancia, de dominación, muy codiciado y objeto de luchas, por el contrario, el poder de Jesús es servicio en bien de la vida y liberación de la esclavitud del pecado.