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Historias del centro minero Siglo XX
El día que Romualda Colque lloró ¡Qué queriendo entra una mujer a la mina!
Romualda Choque, la mujer que incomodó a algunos mineros. Foto/PIO XII

Viernes, 29 Julio, 2016 - 11:16

Siglo XX, Potosí, 29 de julio 2016. Radio PIO XII

“¡Qué queriendo una mujer entra pues a la mina!” Esas son las palabras que Romualda Colque, una mujer de 51 años, escuchó de sus compañeros de trabajo, cuando arrinconando todos sus miedos y empujada por la necesidad, ingresó por primera vez a trabajar a la mina de Siglo XX hace 10 años atrás.

Mamá soltera, apodada Ronaldiña de cariño, con un guardatojo encima, chamarra y pollera de color azul y bañada por un sol de media mañana,  recuerda que ingresó a la mina,  porque su esposo la abandonó a ella y a sus 3 hijitos. El esposo se fue para nunca más volver.

Sus compañeros de trabajo le reclamaban “¡qué queriendo una mujer entra pues a la mina debería ir a cocinar pues en su casa, acaso no tiene nada que hacer!”.

Lloró desconsoladamente en los socavones. Dijo que los qhoyanchos  (expresión para referirse al trabajador interior minera)  pensaban y algunos aún piensan que una mujer en la mina puede provocar la desaparición de la veta minera.

Romualda dice: “Hablaban no más, porque no es verdad…Hemos trabajado en Buzón Bolívar y la producción ha mejorado, llevaban hasta 14 sacos al mes”.

Aprendió a perforar la roca, su convicción de mujer la llevó a los más profundos infiernos de la mina, al block, donde todo está derrumbado y a donde hay que ingresar al arrastre. Allí trabaja la veta y puede lograr un saco de mineral de 50 kilos al mes en los peores momentos.

Recuerda que una vez, el rebalse de la carga que cayó llegó a tocarla y la expulsó 3 metros abajo, donde llegó desmayada. “Todavía me duele, dice que mis huesos estaban rajados” señala con las manos, tomándose las caderas e indicando que aún siente dolores.

Romualda aprendió el rito de pijchar o mascar coca, ch´allar o libar un poquito de alcohol, encender un cigarro y llevar chompa gruesa y buzo sobreprotector para ingresar al paraje.

Al final de su testimonio dice tres cosas, como ella hay dos mujeres más trabajando en la mina, que aporta rigurosamente para su jubilación y en el catastro pulmonar para detectar la silicosis le han dicho que su corazón está hinchado, le han prometido traer especialistas desde La Paz.

Jesús Aldunate, presidente de la Federación de Cooperativas Mineras del Norte Potosí afirma que hay menos de 100 mujeres mineras, de ellas más de 20 se ganan el pan del día ingresando a los socavones mineros.

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