Opinion

Amenazas y acoso desde “número privado”
Al Punto
Diego Rojas Castro
Viernes, 29 Septiembre, 2017 - 09:53

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A nadie le gusta recibir llamadas desde un número privado, y mientras el móvil vibra con insistencia, “seguro es para molestar”, piensa uno. ¿Pero, y si no lo fuera? ¿Si de verdad fuera urgente? ¿O, cuando menos, interesará responder? Es común que para realizar amenazas o acoso, el o los victimarios realicen llamadas a la víctima aprovechando que se puede hacerlas desde un número oculto o privado, protegidos desde un aparente anonimato.

 

Lo normal es que al recibir una llamada a nuestro teléfono móvil, se pueda ver en la pantalla el número de la línea móvil que está realizando la llamada. Sin embargo, hay métodos para conseguir que, cuando llegue la llamada, en la pantalla del destinatario no aparezcan los dígitos de la línea desde donde se origina la comunicación, sino sencillamente “Número oculto” o “Número privado”. De esta forma, se puede ocultar el identificador en una o todas las llamadas que se realicen, cosa que puede ser utilizada por una persona de mala fe.

 

El primer método sirve únicamente para cada llamada. Es un pequeño truco que se tiene que utilizar en todas y cada una de las llamadas que se realicen desde número privado, y no representa un cambio permanente sobre el identificador de la línea. Se activa a través de un código que se ingresa en el teclado de marcación del dispositivo, justo antes de hacer la llamada en cuestión. Se debe marcar el prefijo “#31#” y, a continuación, el número del destinatario.

 

Con el segundo método, se puede activar el “número oculto” para todas las llamadas. Es decir, aplicar una configuración para que todas y cada una de las llamadas que se realicen, independientemente del destinatario, nunca muestren los dígitos en la pantalla de quien recibe la llamada. De esta forma, no es necesario ingresar ningún prefijo en cada llamada, pues se pueden seguir haciendo de manera normal pero ocultando el número de origen. Por ejemplo, en iOS se accederá a “Ajustes”, “Teléfono”, “Mostrar ID de llamada” y se desmarcará la opción. En Android, la ruta depende del dispositivo y la versión de software.

 

Sin embargo, el hecho de que no se muestre el número de origen en la pantalla del destinatario no implica que el origen de la llamada y su autor no se puedan averiguar y rastrear. Si bien esta información no se despliega en el teléfono receptor, sí que se almacena en los registros de la operadora de telefonía del usuario que recibe las llamadas.

 

Dependiendo de la gravedad y periodicidad de las llamadas que reciba la víctima, mediante un requerimiento fiscal, se podría acceder al detalle de llamadas recibidas por el teléfono receptor, que por supuesto registra a los que hasta ese momento eran ‘números ocultos’. Ya con el detalle de cada uno de esos números, mediante otro requerimiento fiscal a las operadoras de telefonía de cada uno de estos, se podría conocer el nombre del autor e incluso la dirección de su domicilio para proseguir con procesos legales, si corresponden.

 

Alguien que quiera asegurar su anonimato al realizar este tipo de llamadas podría hacerlo desde una línea de telefonía móvil nueva, que aún no esté registrada; aun así el dispositivo podría tener registro. Aún en caso de llamar desde un dispositivo sin registro, bajo la premisa de que “no existe crimen perfecto” y con  una minuciosa investigación de un perito informático sobre registros obtenidos bajo requerimiento fiscal, tarde o temprano se podría dar con la autoría de las llamadas que amenazan y acosan a través de un “número privado”.

 

 

El autor es perito en informática forense