Opinion

Si Evo anuló el 21F, puede anular la próxima elección
Cara o Cruz
Raúl Peñaranda U.
Jueves, 30 Noviembre, 2017 - 11:18

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Se conoció finalmente el fallo del TCP que habilita a Evo Morales a reelegirse indefinidamente. Si bien se sabía que los magistrados harían lo que el Ejecutivo les ordenaba (son personas pusilánimes e indignas), conocer la noticia dejó de todas maneras al país en shock.

La razón por la cual el Gobierno decidió no convocar a un nuevo referéndum para modificar la Constitución y habilitar a Evo Morales como candidato es que las autoridades estaban seguras de que volverían a perder, por un margen mayor que el resultado del 21F. Por eso acudieron al Tribunal Constitucional en vez de aceptar lo que dice la propia Carta Magna como mecanismo de reforma.

Y si el régimen prefirió evitar un nuevo referéndum es porque tiene menos del 50% de respaldo (como lo demostró el 21F). Las encuestas ratifican el mal momento del MAS: alrededor del 70% no apoya una nueva candidatura de Morales y éste perdería en una eventual segunda vuelta contra Carlos Mesa (y, según una encuesta de ATB, podría perder también contra otro candidato opositor). Otros escenarios establecen que no se debe descartar que Morales sea derrotado incluso en primera vuelta.

Por eso parece un sinsentido de Morales y sus asistentes más cercanos insistir con la candidatura de 2019. Es una candidatura perdidosa. De hecho, diferentes encuestas señalan que Morales, hoy por hoy, tiene solo alrededor del 30% de apoyo electoral para la primera vuelta. El mayoritario voto nulo de las elecciones de este domingo ratificará que su respaldo es decreciente.

Como ya he señalado en ocasiones anteriores, yo sostengo la opinión de que en Bolivia no existe el fraude electoral (en el sentido de contar los votos incorrectamente) y que si existe es sólo marginal. Por lo tanto, Morales no podrá ganar tampoco por esa vía las elecciones de 2019. También es un hecho objetivo que Morales no acepta los mandatos de la democracia y decidió anular un acto electoral completo, es decir las elecciones del 21F. Los bolivianos votamos, pero ese voto fue “anulado” por el Presidente, en un hecho inédito desde la recuperación de la democracia y con un antecedente en el “Mamertazo” de 1951, cuando Mamerto Urriolagoitia anuló las elecciones que había ganado Víctor Paz. Ello dio paso a la Revolución Nacional un año después.

Si Morales anuló una vez el resultado de unas elecciones nacionales, podrá hacerlo nuevamente en el futuro. Y ello coloca al país en una encrucijada de graves consecuencias. ¿Qué ocurrirá en 2019, unos meses antes de las elecciones, cuando las encuestes demuestren, como ahora, que Morales podría perder en la segunda vuelta (o incluso en la primera)? Debido a que el Presidente y su círculo más inmediato no creen en la democracia y en las Constitución (lo que se demuestra en la anulación del voto del 21F y el pedido del fallo al TCP), ante la eventualidad del perder los comicios de 2019 es muy posible que éstos sean suspendidos.

Morales no entregará la banda presidencial si pierde. No está en su ADN aceptar que sus rivales pueden ganarle para “marcharse a su chaco con una quinceañera”, como él mismo dijo una vez. Eso sólo fue de boca para afuera. No lo hará tampoco por otra causa: el temor que él y sus asistentes sienten por las investigaciones que una futura administración desarrollará por los numerosos hechos de corrupción registrados en los últimos años, además de otras violaciones a la ley, como las ejecuciones extrajudiciales del Hotel Las Américas y otras.

O sea que él no dejará el poder de manera pacífica. Por eso la posibilidad de que los comicios sean suspendidos y que se dé un desenlace violento no puede descartarse. La otra opción es que, participando en las elecciones y no logrando vencer, Morales desconozca los resultados y se convierta en un Presidente de facto.

Existen otras opciones menos dramáticas para anular o posponer las elecciones de 2019, como que la Asamblea Legislativa se autodeclare como un Poder Constituyente que esté por encima de los otros órganos del Estado (a lo venezolano) y que desde esa posición cambie el cronograma electoral usando cualquier excusa.

Nada de eso afianzará a Morales en el poder. Por el contrario, lo debilitarán al punto de que, posiblemente, se vea forzado a salir de la historia por la puerta trasera. / Raúl Peñaranda U. es periodista. Twitter: RaulPenaranda1