Donde fluye el agua, fluye la vida y fluye la paz

Por Fernando Huanacuni Mamani - Ex Canciller del Estado Plurinacional de Bolivia

La Pacha nos está convocando a reconstituir la sabiduría ancestral, basada en la cosmovisión de la Cultura de la Vida, porque el mundo está afrontando una crisis de vida. La Madre Tierra está siendo depredada por un modelo de desarrollo individualista que promueve el consumo inconsciente, desmedido e incita a la competencia; una competencia que destruye a la humanidad.

La situación es muy grave en el mundo, más de 800 millones de personas carecen de acceso a agua potable; más de 2.500 millones de personas no tienen acceso a saneamiento básico. También según la ONU, cada día mueren entre 800 y 1000 niños menores de cinco años por enfermedades relacionadas con la falta de acceso a agua potable y saneamiento.

Según datos de la FAO, el planeta tendrá una población mundial de aproximadamente 10 mil millones para el año 2050, eso implicará el incremento en la demanda de alimentos en un 50 por ciento. Por su parte, la Organización para la Cooperación y Desarrollo (OECD) proyecta para ese mismo año que la demanda de agua se habrá incrementado en un 54 por  ciento. Si los patrones de consumo se mantienen, dos  tercios  de la población mundial vivirán con escasez  de agua para el año 2025. 

Desdela Diplomacia del Agua, concebimos que el agua es la fuente de vida, es un bien común que es de todos, no es de nadie en particular, y es el nutriente de la Madre Tierra que debe ser respetado y preservado.

Bajo este principio, en 2010, el Estado Pluirinacional de Bolivia propuso ante la Asamblea General declarar al Agua como un Derecho Humano para promover su observancia y asegurar progresivamente su reconocimiento y aplicación Universal.

En este mismo lineamiento, Bolivia en su Constitución Politica, promulgada el año 2009, en su Artículo 373, parágrafo I, señala: El agua constituye un derecho fundamentalísimo para la vida, en el marco de la soberanía del pueblo. El Estado promoverá el uso y acceso al agua sobre la base de principios de solidaridad, complementariedad, reciprocidad, equidad, diversidad y sustentabilidad”.

Por lo tanto, desde la sabiduría ancestral de los pueblos indígenas comprendemos que el agua es indispensable para la vida de todas las personas y de todos los seres vivos, para el equilibrio de la Madre Tierra. 

Si el capitalismo salvaje continúa, estaremos condenando a las futuras generaciones a una catástrofe mundial. El capitalismo no sólo está atentando contra la Madre Tierra, ahora está vendiendo nuestros recursos y nuestros derechos en la bolsa de valores. California, Estados Unidos, comenzó a cotizar el agua en Wall Street, y cotizar el agua en la bolsa de valores es ponerle precio a la vida.

El agua es la sangre de la Madre Tierra que alimenta a todos los seres, por lo tanto, el agua no puede comercializarse, no puede estar en manos privadas, porque el acceso al agua es un derecho de los pueblos, es un derecho que tiene nuestra Madre Tierra para producir los alimentos que nos garantizan una Alimentación Digna y con Identidad.