El futuro incierto de los materiales catódicos “made in Bolivia”

Por José Carlos Solón

La fabricación de baterías requiere diferentes elementos que varían según las diferentes tecnologías de almacenamiento de energía. Para simplificar: una batería está compuesta por tres elementos, el ánodo, el cátodo y los electrolitos. Estos tres componentes son esenciales para la fabricación de baterías, sin uno de ellos no se puede construir una batería. En el marco del proceso de industrialización del litio boliviano, que tiene como promesa producir baterías ‘made in Bolivia’, es fundamental analizar cómo avanza la producción de materiales catódicos.

En 2015, se firmó un contrato con la empresa francesa ECM Greentech para la construcción de una planta piloto de materiales catódicos en el departamento de Potosí. El contrato con la empresa francesa alcanzó los 3,8 millones de dólares (poco más de 26 millones de bolivianos) y el dinero salió de un préstamo que el Banco Central de Bolivia realizó a la entonces gestora del proceso de industrialización, la Corporación Minera Boliviana.

Desde 2017, la planta piloto de materiales catódicos se encuentra en funcionamiento. Esta planta piloto debía producir anualmente dos tipos de materiales catódicos, 82 kilos de litio manganeso oxido (LMO) y 100 kilos de litio níquel manganeso cobalto (NMC). Sin embargo, en 2020 se alcanzó a producir solamente 64 kilos de LMO y 9,6 kilos de NMC (YLB, 2021). En la Memoria de Gestión de 2020, YLB anuncia que para el 2021 la planta piloto alcanzaría una producción de 390 kilos de NMC. ¿Se logró dicho objetivo el año pasado?

Es en esta memoria se señala que “se ha efectivizado el contrato de adquisición de insumos para la línea de NMC que comprenden los sulfatos de cobalto, níquel y manganeso” (YLB, 2021). Dicho de otra forma, para la producción de materiales catódicos, la empresa estatal no cuenta con todos los elementos para la producción, por ende, necesita realizar importaciones y comprar los sulfatos para producir una de las dos líneas de materiales catódicos para las cuales fue diseñada la planta piloto.

Ante una petición de informe escrito realizada el 7 de julio de 2020, autoridades del gobierno afirmaron que buscaban la construcción de 20 plantas para la producción de insumos entre las cuales figuran tres correspondientes a la realización de actividades mineras de cobalto, níquel y manganeso, así como plantas para la concentración y refinación de estos tres minerales (PIE Nº1467/2019-2020). Hoy por hoy, YLB no ha aclarado cuál es el avance en la construcción de estas seis plantas que serían cruciales para disminuir los gastos por importación de minerales y así avanzar en la consolidación de la cadena de valor del litio en el país. Según una nota de la Empresa Siderúrgica del Mutún del 2 de septiembre de 2020, durante el gobierno de Jeanine Añez, se habría realizado la reapertura de la mina de manganeso del cerro Mutún (ESM, septiembre 2020). Por otro lado, según información del Ministerio de Minería y Metalurgia, se contempla la apertura de la mina de Chulchucani en el departamento de Potosí, donde existiría cobalto y níquel asociados al uranio. Surgen dos preguntas: ¿Estas actividades mineras, en Mutún y Chulchucani, forman parte de la planificación de las plantas necesarias para la industrialización del litio boliviano? ¿Hay una coordinación entre estos emprendimientos para la consolidación de la cadena de valor de los recursos evaporíticos?

El Plan de Desarrollo Económico Social 2021-2025 establece como línea base que la producción acumulada de 2016 a 2020 fue de 0,14 toneladas métricas (Tm) de materiales catódicos, y promete llegar a producir 64.000 Tm acumuladas entre 2021 y 2025. Para alcanzar esta cifra es necesario instalar plantas industriales de materiales catódicos. Sin embargo, hasta la fecha no existe aún una licitación pública internacional para la construcción de una planta industrial de materiales catódicos. Tampoco el PDES, ni ningún otro documento de YLB, menciona de dónde se obtendrá el cobalto, manganeso o níquel necesario, ni cuál será el costo/beneficio de producir de materiales catódicos a partir de insumos importados.

En 2020, según informes y proyecciones de Roskill –una empresa de análisis del litio en el mundo– el consumo mundial de materiales catódicos NMC llegó a los 86.190 kilotoneladas y el de LMO alcanzó los 4.802 kilotoneladas. Sin tomar en cuenta el aumento en la producción internacional de materiales catódicos que se dará hasta el 2025, las 64kilotoneladas de materiales que promete el PDES, son una molécula de agua en el océano del mercado internacional.

Si el futuro de los materiales catódicos a ser producidos en el país es tan pequeño e incierto, mucho más lejano aún es el futuro de las baterías de litio que requieren además de otros materiales y componentes para su fabricación a nivel industrial.