Opinion

ES UN SERVICIO PÚBLICO Y NO UN NEGOCIO
El Deshabitado
Marcelo Arce Rivero
Viernes, 30 Octubre, 2015 - 12:04

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El conflicto que están viviendolas ciudades de La Paz y El Alto con los transportistas o, mejor dicho, empresarios privados del transporte público, obliga a la población a meditar sobre el problema y buscar soluciones radicales y definitivas.

Pero antes tenemos que reconocer que nadie, absolutamente nadie ni ningún sector de la sociedad pueden estar por encima de ella o imponerle sus condiciones, caprichos o ventajas, es decir, que los intereses de la colectividad son los que deben primar en una sociedad medianamente organizada.

Además hay que convenir que el transporte es un servicio social y público y, no simplemente un negocio, muy rentable, por cierto.

Podemos definir el servicio público como la actividad desarrollada por una persona o grupos de personas destinado a satisfacer una necesidad social determinada, o sea, no es un negocio o por lo menos, en su ejercicio debe primar el concepto de atender una demanda social que bien puede ser remunerada, pero sin perder su naturaleza y esencia de servicio.

Entonces, estos empresarios, los hay grandes, medianos y pequeños, no pueden imponer un incremento en las tarifas de manera unilateral y sin el consenso social, además olvidando que el problema de los costos tiene otras variables que deben ser tomadas en cuenta de forma simultánea a la hora de definir pretendidos incrementos en los pasajes.

Como es un servicio, los micreros, minibuseros, taxistas y todos los choferestienen que garantizar a la población algunos aspectos inherentes a su función y a su retribución como: calidad, puntualidad, constancia, higiene, respeto, buen trato, un poco de educación y urbanismo,esdecir, que tienen que atender a los usuarios y no verlos como los sujetos a los que hay que esquilmar para enriquecerse.

También hay que recordar que el servicio que prestan los empresarios privados del transporte está relacionado con su instrumento de trabajo, cualquier la clase de vehículo que conduzcan,  por lo que éste debe reunir algunas mínimas condiciones como que: no pueden ser adaptados para cobijar a un número mayor de pasajerosque los concebidos por los fabricantes, que deben respetar el medio ambiente y las determinaciones emitidas por los gobiernos nacional, departamentales y locales.

Vamos por partes. La puntualidad. En los 80s eran los propios sindicatos, acompañados por agentes de Tránsito, los que controlaban el tiempo que usaban los conductores para determinados recorridos, caso contrario eran sancionados. En la actualidad no existe este control y los choferes hacen lo que quieren, van por dónde quieren, el tiempo y la puntualidad les vale un rábano. Prácticamente, vuelan cuando están llenos, van lentos cuando no lo están, es decir, no les interesa el servicio, lo único que los moviliza es ganar dinero al menor costo posible y sin tener consciencia de su rol en la sociedad.

Constancia. Como ni siquieraestán obligados a estar identificados con colores distintivos, son transportistas, cuando les viene en gana. En las dos ciudades, sólo en las horas pico, las “paradas” están con algunas movilidades y luego, a partir de las 18:00, no hay uno solo de ellos porque se van a rutas que son mucho más rentables, dejando de lado las otras. Sábados, domingos y feriados no hay transporte alguno. Nuevamente no les interesa el servicio sino el negocio.

Como para ellos se trata de ganar dinero y nada más,obligaron a la población a aceptar el quinto pasajero en los trufis, apiñando a todos en un automóvil que está diseñado para transportar sólo a cinco personas, incluyendo al conductor.

Qué podemos decir de los minibuses que están adaptados para llevar a 15 humanos cuando están diseñados para cobijar simplemente a nueve incluyendo al chofer y no estamos contando “las espalderas”. A esto hay que agregar que en casi todas esas movilidades las ventanas no se abren, no tienen un poco de aseo, mientras que el conductor no tiene el mínimo respeto por el pasajero y eso va desde su higiene personal hasta el buen trato y la educación, situación que incluso se nota cuando obligan a los pasajeros a escuchar la “preferencia musical del conductor a todo volumen”.

Y últimamente, nos obligan a abrir y cerrar sus puertas, porque prescindieron de los voceadores, como si el negocio fuera de los ciudadanos, tampoco hay que olvidar el trameaje, el cambio de rutas inconsulto.

Entonces para los choferesse trata de un negocio y no de un servicio, pero no nos pueden imponer su visión, tienen que ajustarse a lo que señala la colectividad, la sociedad y el Estado. El transporte es un servicio y puntoo lo entienden de una vez por todas o se pueden ir a lucrar a otra parte.

Resulta muy fácil para estos señores reunir dinero y hacerse de una movilidad (automóvil o micro) para buscar el enriquecimiento a costa de la necesidad de transporte de la ciudadanía y hasta se atreven a amenazar a la colectividad, pero los vecinos de Vino Tinto ya dieron una muestra de lo que debe hacerse cuando se defiende los intereses de la mayoría.

Es también tiempo que la Gobernación y las alcaldías tomen cartas en el asunto y empiecen a legislar sobre esta actividad, por ejemplo, obligándoles a que estén identificados con colores distintivos y sean transportistas a tiempo completo. Su actual situación dio pie para que muchos de esos vehículos sean utilizados para cometer delitos incluyendo asesinatos ya que rápidamente pasan de públicos a privados escapando al control de la autoridad y de la población.

Luego colegimos que el pretendido aumento en las tarifas o pónganle el nombre que quieran no se puede realizar sin antes acordar estas otras variables y, además, hay que realizar un nuevo diseño del transporte público en La Paz y El Alto haciendo prevalecer siempre los intereses de la mayoría y no de un sector. También hay que analizar el problema de los modelos viejos, no es cierto? señores empresarios privados del transporte?