Opinion

TIEMPOS DISTINTOS Y UN PANORAMA PARECIDO
Justo y Cabal
Victor Hugo Maidana Alcoba
Miércoles, 11 Marzo, 2015 - 20:20

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Los tranvías, los teleféricos y los autobuses  son una especie de  sello de garantía proveniente de una larga tradición paceña de aptitud objetiva para organizar, gestionar  y administrar servicios de transporte público de pasajeros con calidad.

Los transportes masivos de pasajeros, con  novedosas ofertas, han tenido en diferentes épocas sus propias características como respuestas a las grandes necesidades de la población para tener servicios rápidos, seguros, económicos y atractivos que en cierto modo hagan frente a los choferes, cuyo gremio casi tradicionalmente maltrata a la ciudad y sus habitantes, ofreciéndoles servicios de mala calidad y bloqueando sus calles.

Es así que la ciudad de La Paz siempre pudo organizar transportes masivos de pasajeros de gran impacto.

Por ejemplo más de una generación de paceños y paceñas vivieron el tiempo  de los tranvías y hoy entre nostalgias, rieles y vagones miran la llegada de los teleféricos a esta ciudad de nuestra señora de La Paz y quienes prefieren a los autobuses le dicen adiós de los EMTA, le sonríen a los Puma Katari y a los Sariris del Alto.

La llegada de los tranvías en la ciudad de La Paz se debió a un proceso de  evolución del arribo del sistema de ferrocarriles a esta parte de américa del sur.

El primer ferrocarril de Bolivia fue una corta línea que abrió en 1873. La línea llegó a la Bolivia plenamente en 1889, pero las locomotoras a vapor no llegaron a La Paz hasta 1917.

Al parecer hubo solamente cuatro operaciones tranviarias, ninguna antes del siglo XX. Carros a tracción animal- jalados por mulas o caballos- comenzaron a correr en Cochabamba en 1902, en Oruro en 1907 y en Potosí alrededor de 1910.

La primera operación ferroviaria eléctrica de Bolivia fue una línea de 9 km del Ferrocarril, Guaqui a La Paz. Entre La Paz y El Alto en 1905.

El sistema de tranvías urbanos de La Paz comenzó a transportar pasajeros en 1909. Cochabamba inauguró una línea eléctrica en 1910 y Potosí alrededor de 1913.

El tranvía llegó a la ciudad de La Paz de la mano de los ferrocarriles por los novecientos, con  la importación de locomotoras y vagones para el tren Guaqui – La Paz.

El primer tramo  de tranvías de la ciudad se comenzó a construir en 1904 y funcionó a partir de 1905. La Bolivian Railway  Compani, implementó tres locomotoras eléctricas y cuatro carros tranvías sobre la línea El Alto – La Paz.

La Estación de Trenes y el actual terminal de buses en la zona de Challapampa servían como puntos de correspondencia entre el tren a El Alto y la línea 1 de tranvías que cruzaba la ciudad.

Para el centenario de la revolución paceña, el servicio aumentó un convoy de 8 nuevos carros de origen norteamericano (General Electric- J.G. Bill). Ese mismo 16 de julio de 1909, Tranvías de La Paz – TLP - reinauguraba el servicio con una pomposa ceremonia que consolidaría la primera fase de la línea 1 hasta la Zona de San Jorge, posteriormente, en los albores de 1913 esta se extendería hasta los Obrajes, es decir hasta la zona sur de La Paz, Obrajes a la altura de la plaza Roma o plaza de La Loba.

Los potentes motores eléctricos de los tranvías de La Paz, podían trepar las empinadas calles con una clásica campanita que anunciaba su presencia.

Los tranvías mostraban el encanto de la ciudad de La Paz, de sur a norte y de norte a sur.

Los tiempos han cambiado, el año 2014 fue el año de los teleféricos en la ciudad, otros  modernos motores eléctricos, impulsan cabinas de pasajeros adheridos a cables elevados que se apoyan en gigantes  postes, por las cuales viajan cientos de pasajeros admirando por sus amplios ventanales la belleza de una ciudad ciertamente maravillosa por la voluntad de sus hijos y la grandeza de la naturaleza.

Las líneas de teleféricos; rojo, amarillo y verde, se han convertido en el patrimonio de los paceños, cautivando el sentimiento de todos quienes viven o vistan una ciudad custodiada  día y noche por el gran hermano mayor de los nevados de la cordillera de los andes, “el Illimani”.

El teleférico viaja cerca del cielo uniendo varias zonas paceñas y con un mensaje de integración.

Antes la empresa que  puso en marcha  a los tranvías era  la “TLP”, hoy es “Mi teleférico MT”.

Tanto los tranvías como el teleférico tienen algo en común, los motores de energía eléctrica para su movimiento.

Los tranvías y los teleféricos unieron a La Paz y el Alto con un solo sentimiento paceñista.

Algo parecido sucedió con los autobuses,  durante el año 1990 gobierno de la UDP, (Unidad Democrática y Popular) se puso en marcha un sistema de autobuses, por intermedio de una empresa municipal de transporte automotor- EMTA.

Estos buses unían la ciudad de La Paz y el Alto, con un sistema de cobro de pasajes novedoso para su época. Buses grandes de marca Mercedes Benz,  pintados con colores naranja y blanco surcaban la ciudad de arriba para abajo, sus conductores estaban bien uniformados y el trato era cortés y amable dentro de los buses.

El tiempo pasó y en el año 2014, aparecieron los “buses Puma Katari”, autobuses grandes por ahora bien organizados, que unen varias zonas de esta metrópoli y también los paceños y paceñas los consideran como patrimonio de la ciudad.

En la ciudad del Alto modernos buses marca Volkswagen  ofrecen a los usuarios un transporte ágil, rápido y cómodo.

Los servicios públicos de transporte masivo de  pasajeros son parte de la paceñidad, que se los debe preservar mientras dure su ciclo de vida, que ojalá sea renovado con el paso del tiempo.  

Dos escenarios distintos, de los rieles terrestres a los cables aéreos, de los buses urbanos con música, a los que tienen internet  y tv , bordo.

La Paz es una ciudad capaz de enfrentar grandes desafíos, cuatro servicios públicos con similares objetivos, transportar miles de pasajeros  por diferentes estaciones. Un viaje  en los vagones  de los tranvías, en las góndolas de EMTA; en un  Puma Catarí, los Sariris o las cabinas de los teleféricos. Tiempos distintos  y un panorama parecido.

GRACIAS. VOLVERE PRONTO PARA SEGUIR HABLANDO JUSTO Y CABAL.