La Cumbre Alimentaria que necesitamos… ¿o una maniobra más?

Por: Julio Prudencio Böhrt - Economista

La Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios

El llamado internacional de las Naciones Unidas (ONU) a la Cumbre sobre los Sistemas Alimentarios (septiembre 2021) pretende establecer compromisos que transformen los sistemas alimentarios para erradicar el hambre, reducir las enfermedades con los alimentos y proteger el planeta.

Se espera que sea una Cumbre que: i) cuestione las políticas alimentarias y públicas vigentes en países como Bolivia, políticas que atentan a la Seguridad y Soberanía Alimentaria, al medio ambiente y a la biodiversidad; ii) que no sea un evento para legitimar el agronegocio biotecnológico de las Empresas Transnacionales-ET (que fomentan el uso intensivo de agroquímicos y OGM, deforestan, extraen recursos naturales,destruyen la biodiversidad) y menos aún, facilitarles recursos financieros[1].

La ONU plantea que los alimentos nutritivos deben ser más asequibles a la población, que la gente tenga dietas saludables y consuma alimentos sanos; sin embargo, se olvida que el segmento poblacional más grande de desnutridos y hambrientos son los pequeños agricultores; y lo que más se necesita es la diversidad de sus cultivos sostenibles para mejorar la nutrición.

También se olvida de mencionar que la pequeña agricultura familiar es la que más alimentos genera, la que representa la fuente de empleos más grande, mejora los medios de subsistencia, protege el medio ambiente y fomenta el desarrollo sostenible.

Ante ese llamado, el gobierno a través del Viceministerio de Relaciones Exteriores ha convocado a elaborar “La posición País Frente a la Cumbre Alimentaria” mediante un documento diagnóstico y una serie de Cumbres Regionales.

Los alimentos no son mercancía

Como parte de esas Cumbres sobre los Sistemas Alimentarios, el 21/V/2021 el IBCE realizó un foro virtual[2] con el patrocinio del PNUD y del Viceministerio de RREE queriendo aprovechar la ocasión de la Cumbre para introducir un modelo extractivista indicando que hay productos (14 fichas de inversión, con oportunidades de exportación y alta comercialización, y con retornos financieros muy rentables) como la caña de azúcar/alcohol, girasol, maíz, y por supuesto la soya y carne vacuna/porcina entre otros. Pero lo más atrevido de esa propuesta comercial - como si los alimentos fueran solo mercancías - es que plantean que esa inversión está relacionada directamente con los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) Nos. 2, 5, 8, 12 y 15 (por su valor económico y los precios; por la igualdad de remuneración, por la libertad de asociación)…¡y que ésta es la forma de acabar con la pobreza!

La propuesta del sistema alimentario boliviano no debe plantear alternativas basadas comercialmente como se planteó en el foro virtual mencionado,ya que la comida es algo más que mercancía. Debe basarse sobre todo en lo que dictamina el Derecho Humano a la Alimentación (DHA)[3] y también en las Directrices Voluntarias (DV) sobre la Gobernanza Responsable de la Tenencia de la Tierra, la Pesca y los Bosques[4].

Los sistemas alimentarios en Bolivia

En Bolivia existen diversos sistemas alimentarios según las zonas/regiones. En el altiplano y los valles predominan los sistemas basados en la agricultura familiar, caracterizados por pequeñas propiedades con una mayor incorporación al mercado según productos, y con una menor incorporación al mercado donde todavía prevalece el intercambio de productos; combinando la producción agrícola con la ganadería a pequeña escala, uso creciente de agroquímicos, y limitaciones en el riego, tecnología y capacitación, entre otros.

En el oriente del país, hay varios subsistemas productivos, pero sobresalen dos por su magnitud e importancia: el agroempresarial,mono productor que utiliza intensivamente los agroquímicos, los OGM, grandes extensiones de tierras y moderna tecnología, amplía la frontera agrícola, acapara tierras, ganadería extensiva (vacuna y porcina en proceso de expansión)vinculado a las ET a través de los agroquímicos, los OGM y al mercado de exportaciones.

El segundo subsistema se caracteriza por una serie de actividades y medios de vida, en una combinación agrosilvopastoril entre la caza, recolección, cultivos agrícolas, producción forestal no maderable, frutos amazónicos, ganadería a pequeña escala y pesca entre otras; denominada Sistemas Agro Forestales (SAF), en las regiones de la Amazonía y el Chaco, y puesta en práctica por los Pueblos Indígenas.

A pesar de esa diversidad de sistemas, el actual sistema dominante es el extractivista (soya, carne), con poder político y económico,que genera una serie de efectos negativos sobre el medio ambiente, los recursos naturales, el agua, la biodiversidad, la ampliación de la frontera agrícola y la sustitución de cultivos alimenticios, entre otros.

Ya se sabe entonces, cuáles son los sistemas alimentarios que hay en el país, y también qué sistemas son adecuados a la vida humana, a la foresta, al medio ambiente, a la biodiversidad. También se sabe que la deforestación; el uso intensivo de herbicidas, el manejo inadecuado de los suelos, los monocultivos, el uso de agrotóxicos y transgénicos, son inadecuados a la vida humana y a la biodiversidad.

Un esfuerzo equivocado

Constituye un esfuerzo equivocado el realizar nuevamente un “Diagnóstico” de los sistemas alimentarios puesto que ya existen bastantes estudios, informes, investigaciones que detallan los diversos sistemas productivos en todo el territorio nacional[5].

En lo que sí se debe poner énfasis y debe ocupar un lugar central en la Agenda de Bolivia para la Cumbre, es en la Transformación del Sistema Agroindustrial, en la alternativa al modelo de la agroindustria extractiva que está quemando la Amazonía, está introduciendo los OGM, ampliando la frontera agrícola, traficando tierras, intensificando el uso de agroquímicos, contaminando el agua, la tierra, el medio ambiente, agota los suelos, mata la biodiversidad, cambia el uso de la tierra (PLUS Beni), invade las áreas protegidas y las tierras de los Pueblos Indígenas.

Y la “alternativa” a ese modelo es lo que plantea la agricultura familiar campesina indígena[6] basada en la agroecología y en el concepto de la agricultura de Conservación; alternativa que fue discutida, analizada y validada durante varios años entre diversas instituciones públicas (MDRyT; MMAyA,gobiernos municipales)privadas (ONGs,Proyectos de la cooperación, FAO y otras) y organizaciones de productores de diversas regionesa través de varias Mesas-Temáticas, planteando una serie de propuestas para hacer que la producción de alimentos sea sostenible y nutritiva; requiriendomayoresinversiones de capital (créditos, subvenciones); educación/capacitación técnica; mercados cortos; innovación tecnológica; maquinaria adecuada a los suelos; precios justos que cubran los costos de producción, rescate y uso de semillas tradicionales; reforzamiento de los diversos SAF y la ampliación de éstos en los valles y el altiplano; recuperar la tierra y los suelos para incrementar la productividad(ver gráfico); que las escuelas/colegios compren productos orgánicos locales; y tambiénsuspender las subvenciones a las exportaciones de soya, y pago de impuestos adecuados (como en otros países) pues eso incide en los precios del resto de los alimentos; entre otros.

Es necesario pues, la necesidad de una transformación de nuestro sistema alimentario que está dominado en gran medida por la lógica agroempresarial que nos induce a la intensificación en la extracción de nuestros recursos productivos, de más dinero a como dé lugar; a la mono producción; modelo que no brinda seguridad alimentaria y tampoco nutrición adecuada; más bien ha llevado al país a una creciente dependencia alimentaria por las excesivas importaciones y contrabando de alimentos, a una dependencia de los agrotóxicos, y a un desplazamiento en la superficie cultivada de productos tradicionales[7]. Este modelo destructivo puede generar ingresos de divisas al país, pero la productividad y sostenibilidad actual es a costo de la economía nacional.

Un ejemplo claro de ese modelo destructivo de sistemas alimentarios constituye la explotación dela quinua en Potosí y Oruro[8]; y actualmente la soya en Santa Cruz[9].

Un cambio de paradigma

Se requiere de manera urgente un cambio de paradigma y rediseñar nuestro sistema agroalimentario en base a la producción agroecológica (lo que significa detener los OGM y los agrotóxicos); la Agricultura de Conservación (en vez del método de labranza que  daña la tierra) y la diversificación productiva (que genera alimentos/dietas más nutritivas y saludables) con un enfoque particular en la agricultura familiar[10], única manera de alcanzar los ODS y contribuir también a las metas del Acuerdo Climático de Paris y el Convenio sobre Biodiversidad que el país firmó; y también poner en práctica el Derecho Humano a la Alimentación (DHA) y las Directrices Voluntarias (DV) de la Gobernanza de tierra y Territorio.

Por lo anterior, en la propuesta boliviana se debe recomendar:

i) La “Coherencia y coordinación” entre las leyes y Decretos Supremos, y las Políticas Públicas(PP) en el desarrollo local, regional y nacional.

No puede continuar la incoherencia entre lo que plantean las Leyes (por ejemplo, la Ley 3525 sobre la promoción de la producción agropecuaria ecológica; la Ley 300 sobre la Madre Tierra) y los hechos. No puede seguir existiendo esa contradicción entre el amor a la madre tierra y la permisividad para la quema de la Amazonía y para la deforestación;para el cambio del uso del suelo (PLUS) y para el uso de agrotóxicos(lo que demuestra por otro lado, la sumisión de las PP a los intereses del agronegocio).¡De una vez cumplir lo estipulado por la CPE y las Leyes!

ii)Resulta urgente plantear la creación de un mecanismo de seguimiento a la implementación de los planes y proyectos agropecuarios; de evaluación según las leyes y Decretos Supremos; y sobre todo la creación de un Mecanismo Internacional para la Rendición de Cuentas de lo realizado, que pueda sentar en el banquillo a los directores y ejecutivos de las instituciones (ABT, INRA, Ministros, etc) que no cumplan las leyes y reglamentaciones (y que trafican tierras).

iii) El planteamiento boliviano debe basarse en los planteamientos del DHA así como en las DV de Gobernanza de la tierra, que enfatizan en fortalecer la inclusión y participación de los Pueblos Indígenas (PI) no sólo en la producción de alimentos sino en la posesión de los recursos productivos (tierra, agua) y su larga experiencia en la sostenibilidad de ellos, como también en la biodiversidad. Y establecer ingresos económicos justos y adecuados por esas actividades.

iv) Existe un conocimiento adecuado de los sistemas alimentarios vigentes en el país por lo que la clave ahora es elaborar reformas estructurales con políticas macro y microeconómicas que nos lleven a la protección del medio ambiente como la producción Agroecológica, la Agricultura de Conservación, regenerativa de la tierra, preferiblemente en un ambiente de una agricultura familiar sin agroquímicos, con énfasis en la diversificación de la producción de alimentos según los diferentes microclimas y contextos socioculturales que tiene el país; el rescate y fomento de la variedad y riqueza de semillas tradicionales; reforzar las prácticas tradicionales que constituyen una mitigación y adaptaciónal cambio climático.Así se logrará la Seguridad Alimentaria Nutricional con Soberanía.

Solo con estos planteamientos y cambio de paradigma se podrá avanzar en el logro del ODS 2 que es reducir la pobreza, y que ahora con la pandemia se ha visto incrementada.

 

[1]Se afirma eso porque llama la atención que la Enviada Especial del Secretario General de la ONU para la Cumbre de Sistemas Alimentarios sea la Sra. Agnes Kalibata, que es la que dirige AGRA (Alianza para una Revolución Verde en África), un programa de la Fundación Bill Gates donde invirtieron miles de millones de dólares en los OGM y fertilizantes sintéticos y fracasaron en alcanzar los objetivos planteados (incremento de rendimientos) (Timothy Wise, https://www.iatp.com), por lo que ahora están buscando apalancar mayores recursos financieros.

[2]“Mapeo de oportunidades de inversión privada en el sector agroalimentario para el logro de los ODS”

[3] Que sostiene la producción de alimentos sanos, fomenta la diversificación productiva, uso de semillas nativas, resguardo de la biodiversidad, empodera a los agricultores pobres, a los Pueblos Indígenas, entre otros.

[4]Sobre todo, en los sistemas de tenencia de los Pueblos Indígenas, el cambio climático, los bosques y la protección adecuada a los derechos legítimos de tenencia de tierras de los PI.

[5]Los estudios de las instituciones como CIPCA, Fundación TIERRA, PROBIOMA, CEDLA, FPASOS, IICCA; UMSA entre otros (ver sus páginas web), así como diversas tesis de doctorado, Estrategias Regionales de Desarrollo; evaluaciones de proyectos y otros.

[6]Sistematizada en lo que posteriormente se plantea como la “Estrategia de Desarrollo de la Agricultura Familiar Campesina Indígena deBolivia” (2020) (https://Julioprudencio.com)

[7]Ver los diferentes PDM de los municipios de Santa Cruz donde se aprecia la disminución de la superficie cultivada de diversos cultivos ricos en nutrientes y sanos, y el incremento de la superficie cultivada de la soya.

[8]Se desplazó a los auquénidos que nutrían la tierra; se desplazó la diversificación productiva (papa, cebada, etc) por el monocultivo; y se aplanaron todas las pequeñas montañas que generaban microclimas (que paraban los vientos y heladas). Ese sistema que fue implementado y sostenible durante cientos de años, fue destrozado por el modelo monoproductor - alentado por el gobierno y la FAO (Crispim Moreira-“2013 Año Internacional de la quinua”) - que inclusive introdujo agroquímicos para producir más, siendo el resultado actual, una zona desierta con tierra erosionada y sin poder producir ningún cultivo, intensos vientos que provocan variaciones térmicas repentinas, heladas, transporte de plagas y enfermedades entre otras.

[9]Que amplía la frontera agrícola, desplaza a otros cultivos agrícolas, usa intensivamente agroquímicos que contaminan el agua y la tierra, y matan la biodiversidad; incidiendo en última instancia en el cambio climático que a su vez genera sequías, tempestades, desbordes de ríos.

[10]Porque representan la mayoría (82.84.%) de las pequeñas Unidades Productivas Agropecuarias (- de 50 Has) del país (pero poseen solo el 12% de las tierras) aunque también implementan prácticas agresivas ala tierra y al medio ambiente, por el uso de agroquímicos, no tan agresivas como la agroindustria, pero agresivas y crecientes.¡La revolución verde también influyó en ella!

(La Paz, agostodel 2021)