Opinion

Aprender a ser tolerantes en el aula
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Viernes, 16 Junio, 2017 - 13:24

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La Carrera de Ciencias de la Educación de la Facultad de Humanidades de la Universidad Mayor de San Simón, asumió el reto de incorporar a cuatro señoritas  y un varón con discapacidad auditiva a partir del presente semestre, ocasionando un remezón entre los docentes y compañeros de aula, que ahora deben encarar una nueva estrategia a nivel didáctico y pedagógico, incorporando las necesidades de formación académica de personas con discapacidad auditivita, que tienen la oportunidad de lograr una profesión en la universidad.

 

Se trata de Fabiola Maldonado, Roció Llanos, Indira Sahonero Mancilla, Tania Inés Chumacero y Adalid Luís Gonzales, además de Carol Maldonado Abulhasan, que acompaña en las clases como interprete y se comunica con las estudiantes a través del lenguaje de señas. Se constituye en mediadora de las explicaciones del docente, para lograr la transferencia del aprendizaje, que no siempre resulta fácil porque los otros estudiantes, deben acostumbrarse a ser tolerantes con ellas en el aula.

 

Hubieran querido ser maestras estudiando en la Normal, pero se dio la oportunidad de acceder a la universidad, por la apertura del Director de Carrera, del que reciben un apoyo constante y se preocupa por su permanencia en la carrera y que se pueda lograr la integración de los estudiantes, sin provocar reacciones adversas por la presencia de la intérprete y el uso de lenguaje de señas, que pueden ser motivo de distracción para el resto de los estudiantes.

 

Reconocen que al inicio no les fue nada fácil, sentían vergüenza y la sensación de estar discriminadas porque no escuchan y no pueden hablar, además admiten que su formación de ciclo medio no ha sido de las mejores y, que en la universidad deben adecuarse a nuevos métodos de enseñanza y la exigencia es mayor, por el esfuerzo que deben hacer para entender las explicaciones del docente a través de su intérprete.

 

La exigencia para cada uno pasa por investigar sobre los temas avanzados en clases, en unos casos apelan a compañeros de semestres superiores que les ayudan a comprender las materias que cursan, en otros casos acuden a textos que usan los docentes “que son muy gruesos” y que necesitan de resúmenes o ayudas visuales que servirían de material de consulta permanente.

 

Asimismo, destacan el esfuerzo que hacen los docentes que antes no tenían en sus aulas a personas con discapacidad auditiva, aunque “pensaban que somos flojos, no es así, tenemos el entusiasmo y las ganas de estudiar, pero a veces chocamos con docentes que no quieren ayudarnos y sentimos una frustración” asegura Fabiola Maldonado, reconociendo asimismo, que no tienen una buena redacción y que tampoco escriben a la perfección.

 

“En este primer semestre hemos encontrado muchas dificultades”, asegura Rocío Llanos, pero eso, señala “no impedirá que nosotros logremos ser profesionales, luchando y rompiendo barreras y obstáculos que se nos presenten, no porque tengamos discapacidad auditiva, no vamos a conseguir nuestros propósitos y metas” asegura. Además Indira Sahonero sueña con tener un Centro Educativo para niños con discapacidad auditiva, porque asegura que en el área rural el índice es muy elevado y que los padres de familia ocultan a sus hijos privándoles de asistencia a la escuela, por eso quiere superarse y ser profesional.

 

Destacar también el apoyo de Carol Maldonado que procede de una familia donde el papá, la mamá y la hermana tienen discapacidad auditiva, desde pequeña tuvo que aprender el lenguaje de señas y ahora aprovecha para hacer de intérprete de las jóvenes que decidieron ingresar a la Carrera de Ciencias de la Educación en la UMSS.

 

 

El autor es periodista y docente universitario