Opinion

LA TIERRA DEL VINO Y DEL PETRÓLEO
Ojo al Charque
Constantino Rojas Burgos
Viernes, 18 Abril, 2014 - 20:15

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Un chapaco se encontraba sentado sobre la acera raspando una moneda de cinco bolivianos. Raspaba de un lado, del otro, raspaba insistentemente los bordes, en eso aparece otro chapaco y le dice, ¿cumpa, qué andas haciendo?, y el cumpa responde en forma rotunda: Aquí, gastando la plata.

Otro chapaco en una huerta de frutales estaba echado debajo de un árbol de higos. Tenía en la boca un apetecible higo. Se acerca un vecino y le pregunta, cumpa ¿y ahora qué esperas?, ¿por qué no comes ya el higo? El cumpa le responde: Estoy esperando que caiga otro higo para que le dé una “pechadita”.

Los chistes reflejan la forma de ser de los tarijeños, su inventiva y creatividad para reírse de ellos con bromas que reflejan la característica de llegar tarde a un compromiso, de ser personas “pasivas”, pero con una gran capacidad para soportar las adversidades y las incoherencias, al extremo de tener un equipo de fútbol que se llama “Ciclón” y un bus que viaja de Tarija a Villazón y que lleva el nombre de “La Veloz del Sur”. Nada más contradictorio.

Los tarijeños celebraron el 15 de abril pasado el 197 aniversario de la Batalla de la Tablada, un nuevo aniversario para renovar el esfuerzo y compromiso de sus autoridades para promover el desarrollo a partir de sus recursos naturales, como el petróleo que le permite ser el primer productor en el país para beneficio de todos los bolivianos.

Si ha estado en la ciudad de Tarija y no ha pasado por el Mercado Central a comer saice, el plato típico, y no ha tomado aloja, diríamos que solo conoce a medias. Lo mismo si no visita el río Guadalquivir, San Lorenzo y Tomatitas para comer cangrejo acompañado de mote y del delicioso vino patero, que le da un gustito especial a cualquier visitante que busca saborear el plato típico y la bebida que se produce en la región.

A propósito de vinos, Tarija se constituye en el principal productor de una variedad de vinos por la ubérrima y abundante producción de uva, que el valle tarijeño se encarga de poner a disposición extensas tierras cultivables de este producto y que contribuye a la existencia de una industria vitivinícola que permite satisfacer la demanda a nivel nacional y el extranjero, con productos de calidad que solo se pueden encontrar en la tierra de los chapacos.

Tarija destaca, también, por su música que le da identidad con relación al resto del país, principalmente por el uso del violín, el erqe y la caja para interpretar tonadas, cuecas y chacareras, acompañadas del famoso “aro”, en el que está presente el humor y la ironía con el que el tarijeño percibe las relaciones sociales, el contexto, la política, la cultura, etc., que le permite aflorar la crítica y el sano juicio.

Numerosos artistas y grupos musicales destacan en el acervo cultural tarijeño, artistas como Enriqueta Ulloa, Nilo Soruco, Yalo Cuéllar, Dalmiro Cuéllar. Conjuntos musicales como los Montoneros de Méndez, los Embajadores del Guadalquivir, los Canarios del Chaco, entre otros, que a través de sus canciones recogen la vida, tradiciones y costumbres reflejadas en canto y poesía y que irradian su música al país, el mismo que gusta de los ritmos alegres chapacos y que invitan a bailar.

En estos 197 años de aniversario de la Batalla de la Tablada, recordamos a Eustaquio Moto Méndez, líder guerrillero de Tarija, que a partir de sus propias convicciones, vivió y luchó por instaurar la patria en la tierra chapaca, digna de respeto y admiración.

El autor es periodista y docente universitario