Opinion

LA SALUD
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Lunes, 20 Junio, 2016 - 11:13

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Cuba sigue siendo un país socialista pese a los últimos acontecimientos de las relaciones bilaterales con EE.UU. de Norteamérica. Allá lo más importante para el gobierno es la atención a la salud y educación del pueblo. Se practica la medicina preventiva antes que la curativa; se evita las enfermedades y funciona un sistema de servicio de salud que llega hasta los hogares más recónditos.
En el campo de la educación es redundar considerar sus avances y éxitos. La Isla es un pueblo leído, culto, exporta sus conocimientos y avances en esta ciencia. La escuela de los “pioneros” (primaria) es un ejemplo mundial, reconocido por organismos internacionales, lo fue también el método de alfabetización “Yo sí puedo” que se aplicó en varios países del mundo y con éxito.
En nuestro Estado Plurinacional, cuyo gobierno se precia de “socialista”,  son estos dos campos  que dejan mucho que desear.En infraestructura escolar, no hay duda, se han dado saltos imprevistos; ahora ya no hay asientos de adobe, ya son raros los pizarrones improvisados con yeso en la pared, ahora hay campos deportivos con tinglado, aulas con amplias ventanas, la escuela es acogedora. ¿Pero qué pasa con el contenido, la esencia de la enseñanza? ¿Tiene resultados en relación al avance técnico, científico y tecnológico al ritmo que marcha el mundo? ¿El modelo sociocomunitario y productivo que se predica es asumido realmente por el maestro y la comunidad? ¿No sigue siendo un manejo político partidario el campo de la educación?
Lo más deprimente es la salud. El gobierno socialista más bien alienta la medicina curativa antes que la preventiva. El pueblo ha perdido total credibilidad en el servicio de la salud pública, el sistema más grande que es la Caja de Salud es sinónimo de mala atención; pero urgido por la necesidad el enfermo acude a ella haciendo colas para el “fichaje” desde horas de la madrugada; para lo peor se encuentra con que los “cupos” están llenos y debe volver al día siguiente. Toda una odisea  y sobre todo sacrificio; mientras tanto la enfermedad avanza, derrota y el paciente sucumbe.
La medicina curativa es el gran negocio para los privados. Ahora hay cadenas de clínicas particulares especialmente en las ciudades del eje central del Estado; pero la internación en una clínica privada no es menos de cien dólares día, mucho más si es en terapia intensiva. ¿Nos asemejamos a un país socialista en el campo de la salud?
¿Cuántos médicos especialistas en diferentes áreas hay en Bolivia para una población de diez millones de habitantes? ¿Hay atención médica especializada en todas las provincias? ¿No es la salud un factor significativo para alentar la migración? ¿No está floreciente la medicina privada en el Estado Socialista? ¿El ciudadano común no se endeuda de por vida para atender su salud o la de algún ser querido? ¿Ésta no es otra forma de enfermedad en el pueblo?
El Comandante Fidel Castro, en las épocas duras de tensión política con EE.UU. por razones de seguridad no tenía previsto dónde pasar la noche, es decir, no tenía una residencia fija, descansaba aquí y allá, muchas veces en cualquier morada del obrero o campesino, compartía su comida que no era mucho, vivía lo que sentía el pueblo.
Igual se aparecía en alguna fábrica, almorzaba con los trabajadores, conocía sus problemas y necesidades, departía lo que poco que se tenía a consecuencia del bloqueo económico. Su salud, atendida en cualquier centro, porque de clínicas particulares ni hablar ni siquiera de medicinas importadas. Era vivir el socialismo. ¿Estamos igual en Bolivia? Para muestra un botón, visite un oncológico y tendrá sus conclusiones.