Opinion

¿QUIÉN EDUCA A NUESTROS HIJOS?
A ojos vista
Mario Mamani Morales
Viernes, 7 Octubre, 2016 - 15:22

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Una maestra está sentada en el banquillo de los acusados, su pecado: haber hablado en clase sobre cómo comportarse en casa ajena. Uno de sus estudiantes se sintió aludido y corrió ante su padre acusando a la maestra de mal trato, de humillación… El Consejo de Maestros considera que la docente debe ser juzgada ante Tribunal Disciplinario.

Para desgracia de la profesora el asunto se hace público a través de los medios de comunicación masiva que hacen escarnio del asunto, la información no es completa porque falta acudir a la fuente y no sólo recoger el “dizqué”.

¿Quién educa hoy a nuestros hijos? ¿De quién es la responsabilidad? ¿La escuela y la familia caminan juntas? Pese a las reformas y contra reformas vividas en las últimas décadas en nuestro sistema educativo, la responsabilidad de la educación de nuestros hijos no es de interés de nadie en particular; para lo peor la labor docente queda totalmente minimizada pese a que hoy su nivel académico es el de “licenciada(o)”.

La escuela, es decir la maestra o maestro, ya no se involucra en la formación integral de su alumno, ya no tiene autoridad alguna para exigir, llamar la atención de manera severa ante alguna inconducta o la irresponsabilidad del cumplimiento de tareas; es más: está prohibido de dar tareas a casa o para los periodos de vacaciones, so pena de sufrir severas sanciones.

Y para no enfrentarse a la furia del padre de familia que llega con prepotencia a reclamar buenas notas o excelentes calificaciones para su pupilo, entonces la escuela deja pasar. La ausencia de valores hace que la autoevaluación del alumno sea nunca menos de 90/100. La maestra sólo mira de reojo, evita opinar para no ser amenazada con el Tribunal Disciplinario. Más aún si sabe que sus colegas son los peores enemigos.

Conclusión: la escuela está impedida de ejercer autoridad plena sobre la educación de nuestros hijos.

Por otro ladopapá y mamá abandonan a sus hijos a la responsabilidad de la escuela. ¿Acaso no elevamos el grito al cielo cuando no hay clases? ¿Dónde o con quién dejamos el cuidado de los niños? ¿No es la escuela una especie de guardería para permitir la libertad de los papás que deben ir al trabajo o la oficina? ¿En qué tiempo educamos a nuestros hijos? Recurrimos a la fácil tarea de sentarle al niño frente al televisor con algún juego o video, dizque con programas educativos y así aplacamos el bullicio en casa.

La labor docente ya no es reconocida y el desprestigio del maestro es peor ante cualquier mínima falta; su responsabilidad se reduce a simple informador o transmisor de conocimientos, sólo evalúa información no la educación entendida como tal y la familia se contenta con que los hijos asistan a la escuela donde se cree que se proporciona la formación, preparación para la vida, valores, mente abierta.

Como la escuela no tiene autoridad para educar, los padres nos encontramos tan ocupados en nuestras responsabilidades para el hogar, los hijos acuden hoy a las NTICs, allí encuentran de todo, se informan mejor que en la escuela, mientras los papás vamos de ida ellos están de vuelta en muchos asuntos, algunos somos los analfabetos en el manejo de las tecnologías que nuestros niños y jóvenes manejan en sus manos. ¿Quién educa a nuestros hijos?

Esa maestra que quiso impartir educación, inculcar valores, una filosofía de vida a generaciones de alumnos, sentada en el banquillo de la acusación, recibió el respaldo de otros padres de familia que reconocieron su labor y la restituyeron al aula.