Opinion

2014: COMIENZA UN NUEVO DEBATE
Santa Cruz
José Sangüeza Antezana
Martes, 14 Enero, 2014 - 18:17

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Sin duda, uno de los problemas mas álgidos que veníamos sufriendo los bolivianos era: cuando se dispara la inflación; el doble aguinaldo parecía ser la fuente principal para aquella especulación – cerca de 900 mil beneficiados - , pero que a la fecha no había sido esa la causa principal de la subida de algunos precios en el mercado, sino que esas subidas graduales en gran parte eran de varias acumulaciones de determinados sectores sociales que hoy exigen su actualización y, en el mayor de los casos, subieron sin el permiso de las instancias legales, lo que demuestra una debilidad institucional –Gobierno central, departamental y local – este panorama económico incierto y estas reconfiguraciones sociales, ingresan con tanta fuerza en un periodo absolutamente electoral pero con un oficialismo fuerte que goza de la confianza del electorado sobrepasando el 40% de la población boliviana, tres fuerzas opositoras que bordean un 30% y un 30% de indecisos que en su mayoría son de la clase media vivientes en las capitales urbanas.

Mas allá de estas especulaciones porcentuales, el MAS se ha convertido en una verdadera maquinaria electoral en este continuo ejercicio democrático consolidándose como una fuerza política nacional, con su mayor repunte en el revocatorio del 2008 con un 67 % - en pleno clímax del fascismo cruceño – por el otro lado tenemos al neoliberalismo expresado por Rubén Costas – ojo con el fallo 003/2013 del TCP -, en el oriente boliviano que esta por encima del 10 %, Doria Medina y Juan del Granado con similar porcentaje, fuerzas políticas expresadas fundamentalmente en el occidente boliviano, lo que demuestra que las tres fuerzas opositoras solo acaban siendo expresiones regionales y “sin posibilidad de ser fuerza política nacional”, donde dos de ellas son familiares ideológicos del pasado obscuro de nuestra historia aunque la tercera viene de un mismo vientre del nefasto MIR con sus diferencias de lucha contra la corrupción y las dictaduras.

A este panorama conflictivo tridimensional –político, económico y social – se suma el cultural – lo pluri ligado al medio ambiente -, que en criterio valorativo acaba siendo el súmmum para el proceso de cambio y ser el pilar vital de la Ley Fundamental, que al parecer no tocan hasta hoy con sensatez las fuerzas políticas en juego, lo que quiere decir, que la construcción del Estado Plurinacional no esta siendo tomado con seriedad; -al  que no se debe renunciar- otro de los temas vitales será la reforma del Órgano Judicial que no da visos de confianza, no solo por su añeja estructura jurídica sino, fundamentalmente por la conducta de los operadores que no cambian y no le entienden a la pluralidad jurídica dejando así que se imponga el monismo colonial repetitivo desde la Asamblea Legislativa, ya que ninguna fuerza de las que están en juego pone alternativas reales a esta crisis, dejando en indefensión a todos los bolivianos y bolivianas y, finalmente - al margen de otros – la Autonomía no parece haber avanzado, por el contrario se aprobaron varias leyes que van a contra ruta; Autonomía que muy bien puede democratizar al país en sus tres niveles de desarrollo pero que no se lo entendió así en esta nueva (re) configuración.

La crisis estructural de la que no podemos salir, la especulación porcentual y la falta de propuestas a esas debilidades señaladas y otras, pone a ese 30 % de indecisos en una movilidad muy difícil y exigente a las fuerzas políticas que buscan el poder; dos fuerzas políticas familiares que es posible que se unan y no parece ser la tercera fuerza por su trayectoria y contenido de la misma, lo que daría lugar a un triunfo holgado del oficialismo, dejando puerta abierta a que el MAS pueda conquistar ese porcentaje de indecisos pero, tendría que ver con mucha precisión sus representaciones a la Asamblea Plurinacional con algún arraigo en determinados sectores sociales o representatividad, ya que la misma, no parece haber acompañado al proceso de cambio que lidera Evo Morales, por lo que este debate tendrá la crudeza que la coyuntura exige, pero tendrá que ser la mas democrática posible dejando de lado a esos pequeños grupos estructurados inmersos en el poder que actuaran implacables a cambio de reproducir el poder a cualquier precio que seria muy peligroso para el triunfo de Evo Morales y para el proceso de cambio que es patrimonio de todos (as) los bolivianos (as); repetir la representación sobre la misma base seria afrontar la democracia comunitaria y la renovación natural que la democracia exige, lo que definitivamente mostraría el poder que tiene esa burocracia estructurada y seguro con muy poca o ninguna tradición política para este proceso, lo que perjudicaría a la conquista de ese 30% de indecisos.

El autor es abogado constitucionalista y docente universitario