Opinion

EL HIJO DE BOLIVAR
Surazo
Juan José Toro Montoya
Viernes, 23 Septiembre, 2016 - 19:10

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Ya escribí este año, en esta misma columna, que hay dos tipos de existencia, la real y la jurídica. La real es la que puede percibirse mediante los sentidos mientras que la jurídica es la que se define por ley, generalmente mediante documentos.

Simón Bolívar es una de las más grandes figuras de la historia universal y, por ello, no es raro que se le atribuya varios hijos. No existe acuerdo entre los historiadores sobre la cantidad de amantes que tuvo ni mucho menos acerca de los hijos que pudo haber tenido. En su libro “Los amores de Simón Bolívar y sus hijos secretos”, Ramón Urdaneta hace una lista exhaustiva de sus posibles vástagos pero no aporta documentación sobre filiaciones.

Por eso, el caso del hijo que el Libertador pudo haber tenido en Potosí es, literalmente, único en su especie. Los libros cuentan que fue concebido como resultado de las relaciones que Bolívar tuvo con María Costas cuando estuvo en la Villa Imperial, en octubre de 1825.

El hijo se llamó José Costas y habría vivido buena parte de su vida en Caiza, población de la provincia Linares de Potosí, donde se juntó con Pastora Argandoña con quien tuvo tres hijos. En 1895, cuando ya tenía 69 años, se sintió viejo y enfermo así que decidió liquidar sus asuntos terrenales y se casó con la compañera de su vida. El detalle es que, al casarse, y en artículo mortis, declaró al cura, David Padilla, que era hijo de Simón Bolívar. Y el otro detalle es que el sacerdote puso el dato en la partida y así generó la única prueba documental sobre un hijo del Libertador.

¿Homónimo? ¡No! La historia del romance de Simón y Joaquina era, y es, demasiado conocida como para pensar en un equívoco. El Simón Bolívar a que se refiere la partida de matrimonio de José Costas es, en efecto, el mismo al que Bolivia le debe su nombre.

Por otra parte, hay que considerar que en el siglo XIX los sacerdotes eran fedatarios de los actos de las personas así que, para incluir algo tan importante como la paternidad en una partida, pedían pruebas. Es lógico que Padilla también lo haya hecho.

El tema salió a flote esta semana por la publicación de la primera fotografía de la famosa partida, que se conserva celosamente en el archivo parroquial de Caiza. La foto fue obtenida por Teresa Campos Costas, descendiente de José.

Se trata de la partida original que, como me confirman historiadores y abogados, es un documento válido que, por lo menos legalmente, prueba que sí, que Bolívar tuvo un hijo en Potosí.