Opinion

PERIODISTAS
Surazo
Juan José Toro Montoya
Miércoles, 10 Mayo, 2017 - 07:12

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Debido al error académico de abrir carreras de Ciencias de la Comunicación y no de Periodismo, en Bolivia existe una variedad de periodistas.

Están los que se formaron en las aulas universitarias, y que en sentido estricto son licenciados en Ciencias de la Comunicación; los que estudiaron en el exterior y convalidaron sus títulos en Bolivia, los que se titularon por antigüedad, los periodistas en ejercicio afiliados a alguna organización del sector, los arrimados que por trabajar en medios dicen serlo… en fin.

Por eso, le doy la razón a un amigo que al comenzar esta semana me preguntó a quién o a quiénes debía abrazar en el Día del Periodista Boliviano. Ante tanta variedad, la duda es razonable.

Para responder, es preciso aclarar que el apelativo  “Comunicación Social” fue acuñado, porque apareció por primera vez, en el decreto “Inter Mirifica” emitido en el Concilio Vaticano II. Por su influencia, poco después aparecieron en diferentes países las carreras de Comunicación Social que tenían la intención de dotar al periodismo de “una formación íntegra, penetrada de espíritu cristiano, sobre todo en la doctrina social de la Iglesia”.

Hoy en día, la Comunicación Social es, por un lado, un objetivo (completar el ciclo comunicativo del mensaje) y, por otro, un campo de estudios interdisciplinarios que incluyen a la sociología, antropología, psicología, pedagogía, filosofía, artes y periodismo. Algunas universidades conservaron lo de Comunicación Social y le agregaron “y Periodismo” mientras que otras rebautizaron la carrera como Ciencias de la Comunicación, que la hace todavía más amplia en su campo de estudios. En virtud a ello, un licenciado en Comunicación Social y Periodismo o en Ciencias de la Comunicación puede ser periodista, porque fue formado para eso, pero un periodista no siempre será licenciado en esas carreras.

Sin complicarse demasiado en consideraciones teóricas, Erick Torrico, boliviano, con licenciatura y posgrados en Ciencias de la Comunicación, definió que “periodista es aquel que hace del periodismo su principal actividad” y eso lo aclara todo.

Para ser periodista, no es suficiente tener un título académico. Es necesario ejercerlo permanentemente, no por una temporada o en los ratos libres porque así, y solo así, se obtendrá habilidad en el manejo de instrumentos como el lenguaje y las herramientas propias del periodismo.

A diferencia de otros oficios o profesiones, el periodismo no descansa porque se ocupa de las actividades del ser humano. Como esas actividades son permanentes, la información y sus elementos adyacentes también. Por tanto, la noche es relativa y prácticamente no existen domingos ni feriados.

El periodista necesita tener dominio del lenguaje con el cual trabaja y eso le impone un nivel de lectura mayor que el del común de la gente. Eso lo empuja, además, a la investigación que es profundizar en el estudio de las actividades humanas de las que informa. Por el contexto, también precisa conocimientos de Historia y Derecho, en ese orden.

Un ejemplo de periodista fue el recientemente desaparecido Miguel Ángel Bastenier. No solo se graduó de la Escuela Oficial de Periodismo de Madrid sino que tenía licenciaturas en Derecho e Historia, obtenidas en la Universidad de Barcelona; Lengua y Literatura Inglesa, por la Universidad de Cambridge. Ejerció el periodismo así que sabía qué enseñar cuando le tocó convertirse en maestro.

Estuvo activo siempre, leía permanentemente e hizo periodismo todos y cada uno de los días de su vida. Así tendrían que ser los verdaderos periodistas.

 

(*) Juan José Toro es Premio Nacional en Historia del Periodismo.