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Sin necesidad de jugar, el humilde equipo dirigido por el italiano Claudio Ranieri consumó una de las mayores hazañas que recuerde el fútbol internacional al terminar en lo más alto de la poderosa Premier League.
Una posibilidad que nadie hubiera imaginado al comenzar la temporada, cuando las casas de apuestas pagaban 5.000 a 1 por un título del equipo.
Tras el empate 1-1 del domingo en campo del Manchester United, el Leicester necesitaba que el Tottenham dejase puntos en el camino en Stamford Bridge para poder gritar campeón a falta de dos jornadas para el final. Los de Pochettino ganaban 2-0, pero terminaron 2-2.
El tanto de Eden Hazard desató la locura en las calles y los bares de Leicester, donde miles de personas siguieron por televisión la jornada más importante en los 132 años de historia del club. También circuló vía Twitter el festejo de los jugadores del Leicester que se reunieron en la casa del goleador Jamie Vardy para seguir el partido.
Hasta hoy, el mejor resultado del Leicester en la Liga inglesa había sido el segundo puesto obtenido en 1929.
tomada de: clarin
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