The Strongest atraviesa un periodo de tensiones dentro de su directorio. Desde mediados de septiembre, trascendió que el Comité Ejecutivo evaluaba retirar los poderes notariales otorgados a su presidente, Daniel Terrazas, luego de que surgieran discrepancias por la forma en que se estaban tomando ciertas decisiones administrativas. Dichos documentos le permitían al titular aurinegro realizar gestiones financieras y administrativas en representación del club.

Con el paso de las semanas, las discrepancias se profundizaron. Terrazas habría actuado sin consultar a sus compañeros de fórmula, particularmente en operaciones económicas y movimientos de fondos que los demás dirigentes aseguran desconocer por completo. La situación derivó en un quiebre interno: la vicepresidenta Paola Mendoza y dos directores se distanciaron del presidente, pasaron a la oposición y finalmente decidieron anular los poderes que alguna vez le otorgaron.

El conflicto político interno se suma a una difícil coyuntura financiera. El Tigre enfrenta retrasos en los pagos de sueldos tanto al plantel profesional como a los empleados del club, además de recortes y despidos impulsados por Terrazas. Las deudas acumuladas han encendido las alarmas en Achumani, donde la estabilidad económica parece cada vez más comprometida.

Pese al convulsionado escenario institucional, el cuadro aurinegro se mantiene entre los punteros del campeonato de la División Profesional. En la cancha, el equipo muestra temple y compromiso, intentando dejar atrás los problemas dirigenciales y enfocarse en el objetivo deportivo de pelear por el título nacional.