El empate 2-2 entre Bolívar y Always Ready, disputado el pasado sábado en el estadio Hernando Siles, terminó envuelto en polémica por errores arbitrales que desataron una ola de críticas. El partido, correspondiente a la décima fecha del Torneo Apertura, finalizó con múltiples expulsiones, reclamos airados y una actuación cuestionada tanto del juez central Gabriel Mendoza como del equipo VAR. La jugada más controversial fue el gol del empate de Marcelo Suárez, quien empujó a un rival y controló el balón con la mano antes de anotar, acción que no fue sancionada por el árbitro ni por la revisión tecnológica.

Ante esta situación, la Comisión de Árbitros de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) determinó suspender a Mendoza y a todo el equipo arbitral del encuentro. La medida también alcanzó a los colegiados del duelo entre Aurora y GV San José, evidenciando la preocupación de las autoridades por el bajo nivel del arbitraje nacional. José Jordán, presidente de la comisión, indicó que hubo errores graves que influyeron directamente en los resultados, razón por la cual se aplicaron correctivos inmediatos.

El cierre del partido fue caótico, con las expulsiones de Miguel Torrén, Bruno Savio, Fernando Saucedo y Robson Matheus en los minutos finales, tras empujones, discusiones y reclamos vehementes. La tensión obligó a Mendoza a pitar el final del partido en el minuto 99, dejando un ambiente enrarecido tanto en la cancha como en las tribunas. Bolívar que comenzó ganando, terminó indignado con el arbitraje, mientras que Always Ready celebró mantener su invicto. La polémica, sin embargo, ha puesto nuevamente en debate la credibilidad del arbitraje en Bolivia y la necesidad urgente de reformas en la Comisión de Árbitros y en la aplicación del VAR.