S&P duda que Bolivia pueda pagar su deuda; el Gobierno asegura que hace todos los esfuerzos para cumplir

En una nueva rebaja de la calificación crediticia de Bolivia, Standard & Poor's (S&P Global) ha advertido de los problemas que tendría el Gobierno para pagar su deuda en el próximo año, sin embargo, el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, respondió que no existe riesgo de default y que se hacen todos los esfuerzos para seguir pagando.
La S&P bajó la calificación crediticia de Bolivia a 'CCC-' desde 'CCC+', lo cual implica empeorar las previsiones sobre la situación económica del país.
Según esta entidad, “la capacidad de Bolivia para pagar su deuda se ve afectada por los elevados pagos de deuda comercial externa a partir de 2026 y el acceso limitado a los mercados de bonos externos”.
En ese sentido, prevé que se podría afectar la capacidad del Gobierno para pagar su deuda en los próximos seis a doce meses.
A esta situación, se suma que –según S&P, “las disputas políticas en medio de las próximas elecciones limitarán la capacidad del gobierno para abordar los desequilibrios macroeconómicos, como la creciente brecha en el tipo de cambio paralelo y la creciente inflación”.
El ministro Montenegro negó que vaya a existir un default, porque Bolivia está pagando el servicio de la deuda externa de manera puntual y oportuna.
“Lo que ha señalado en algún momento nuestro presidente Luis Arce es que, si obviamente no se van destrabando estos elementos (en referencia a los créditos), hay una probabilidad, pero nosotros como Gobierno nacional y el presidente Luis Arce siempre nos ha instruido que nosotros hagamos todos los esfuerzos para seguir pagando el servicio de la deuda”, dijo Montenegro.
También la autoridad atribuyó la situación a la “ingobernabilidad política”, que también es señalada en el informe de la calificadora. “La fricción polarizada en la parte política ha generado este elemento negativo en la economía. La política no va a disociada de la economía”, aseveró.
Recalcó la importancia de la aprobación de créditos de parte de la Asamblea, para encarar la situación. Incluso abogó por los empréstitos cuyos recursos se puedan disponer de forma rápida, puesto que estos ayudarán a temas como la compra de combustibles.
Recordó que para equilibrar la balanza de pagos, Bolivia requiere unos 2.600 millones de dólares.