MEDIO AMBIENTE
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Bolivia: Medio Ambiente en emergencia

El Parque Nacional Madidi, su biodiversidad y sus ampulosos ríos así como sus pueblos originarios, son amenazados por la minería cooperativizada que ha cuadriculado sus ríos para la extracción de oro. (Foto ANA)

La Paz, junio 5 de 2021 (ANA).- En este 47° Día Mundial del Medio Ambiente, Bolivia enfrenta usurpación de Tierras Comunitarias de Origen (TCOs) por cooperativas mineras, también enfrenta incendios forestales provocados en el sector de la Amazonía o deforestación y avasallamientos de áreas protegidas municipales, entre otras no menos graves amenazas ambientales.

El corazón del área protegida más biodiversa del mundo, San José de Uchupiamonas en el Parque Nacional Madidi, está siendo amenazada por la minería y los comunarios han advertido que se van a defender.

Detallar todos los problemas ambientales por los que atraviesa el país no es propósito de este artículo, sino el de reseñar brevemente algunas situaciones que amenazan a la naturaleza al día de hoy en nuestro medio, pues cabe añadir que tanto “medio” como “ambiente” solo significan ‘entorno’.

Río Tuichi cuadriculado

Este río de 256 kilómetros de longitud y que es parte de la TCO San José de Uchupiamonas fue cuadriculado en su totalidad para la explotación aurífera beneficiando al menos a dos cooperativas dedicadas a la explotación del oro aluvial y que estarían ingresando a dragar el río con autorizaciones de la Autoridad Jurisdiccional Administrativa Minera (Ajam) y el Servicio Nacional de Áreas Protegidas (Sernap).


El Parque Nacional Madidi, su biodiversidad y sus ampulosos ríos así como sus pueblos originarios, son amenazados por la minería cooperativizada que ha cuadriculado sus ríos para la extracción de oro. (Foto ANA)

Cabe recordar que una cuadrícula minera es la unidad de medida de la concesión minera que tiene la forma de un volumen piramidal invertido, cuyo vértice inferior es el centro de la tierra y su límite exterior que es la superficie del suelo, corresponde a un cuadrado de 500 metros por lado con una extensión total de 25 hectáreas.

Por su parte la TCO de San José de Uchupiamonas, conjuntamente a la denuncia ante las autoridades y la sociedad sobre el avasallamiento minero, ha emitido un rechazo público al avasallamiento apoyándose en la Constitución Política del Estado, la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de los Pueblos Indígenas así como otras leyes y normativas vigentes.

En el mismo documento, emitido a mediados del mes de mayo, advierte que se defenderá utilizando sus métodos ancestrales, responsabilizando al Estad o y a las instancias depredadoras de cualquier hecho de violencia que podrían explotar a finales de este mes de junio.

Vuelven los incendios forestales

En plena época de pandemia, información confirmada por autoridades regionales da cuenta de que desde el pasado miércoles 27 de mayo el Parque Nacional y Área Natural de Manejo Integrado Otuquis, en el sureste de Santa Cruz (altura frontera con Paraguay) estuvo siendo afectada por incendios forestales, especialmente en la zona de protección estricta que le da su categoría al parque.


Los incendios arrasaron con más de 2 mil hectáreas, biodiversidad incluida, en las recientes quemas registradas en el Parque Nacional Otuquis. (Foto ANA)

Los referidos incendios ya habrían sido controlados a comienzos de junio, pero luego de arrasar con más de dos mil hectáreas del parque (2283 has) y después de haber sido afectado durante al menos cinco días.

Dicho parque cuenta con un área total de 1005950 has (10059 kilómetros cuadrados) y forma parte del Pantanal boliviano que por ser un humedal de importancia internacional fue denominado sitio Ramsar el año 2001 (a los humedales de importancia internacional se los denomina sitio Ramsar, que es el nombre de una ciudad iraní donde se celebró en 1971 un tratado internacional relativo a la conservación y al uso racional de los humedales).

Áreas protegidas municipales avasalladas

Las Áreas Protegidas Municipales (APMs), en este caso las de la sede de gobierno, se encuentran en una situación tambaleante e insegura gracias a dos factores fundamentales, ellos son el continuo avasallamiento con movimiento de tierras y tala incluidos por parte de loteadores mimetizados como vecinos, así como la indecisión de las autoridades municipales para frenar estos atropellos cuando no su complicidad directa al dar autorización para edificar en áreas protegidas y que suele ser exhibida por los infractores.


El bosquecillo de Achachicala es una de las áreas protegidas municipales de La Paz. (Foto ANA)

Una de las consecuencias más graves y visibles es la tala indiscriminada de árboles en pleno entorno urbano, árboles que proporcionan oxígeno, humedad, sombra, seguridad a los suelos, amortiguan el ruido y por supuesto, permiten la presencia de avecillas canoras.

Al respecto organizaciones ecologistas como la Coordinadora en Defensa de la Madre Tierra (Codma), entre otras, están haciendo circular un documento en las redes sociales en el que solicitan al Gobierno Autónomo Municipal de La Paz (Gamlp) garantice la aplicación de medidas necesarias para respetar y recuperar las APMs. Cabe recordar que la jurisdicción del Gamlp registra al menos 24 áreas protegidas en el municipio.

El calvario de las bicicletas

Por supuesto que el empleo de estos vehículos ecológicos, del cual su día internacional fue el pasado  jueves 3 de  junio, no es un problema ambiental, los problemas surgen al tratar de utilizarlos como un medio de transporte, porque si bien la bicicleta es reconocida como tal en el código de Tránsito, los conductores de vehículos motorizados, tanto públicos como privados, parecen considerar como una afrenta a la circulación de bicicletas, pues en cuanto ven una empiezan a tocar desesperadamente sus bocinas.


La circulación ciclística es muy difícil en las ciudades bolivianas debido al enorme deconocimiento de los derechos del ciclista por parte del transporte motorizado. (Foto ANA)

Si bien ciudades como El Alto, Oruro, Cochabamba, Santa Cruz y otras que por su topografía se prestan a la circulación ciclística, existe un enorme desconocimiento de los derechos del ciclista, inclusive por los mismos peatones, como si el uso de la calzada estuviera expresamente prohibido para las bicicletas, cuando en realidad, al menos según las normativas vigentes, es todo lo contrario.

En tal sentido, si bien existe un reglamento emitido por la alcaldía cochabambina respecto a la circulación ciclística, este, según activistas y usuarios de este medio de transporte, no satisface ninguna expectativa y al contrario, complica más la situación de este medio de transporte. Es en ese sentido que se hace muy necesario el tratamiento de una reglamentación adecuada por las instancias municipales, que además sea socializada y respaldada con la aplicación de sanciones a quienes vulneren el derecho a la circulación en bicicleta. (VLM)