EN LA AMAZONÍA
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El fútbol, el cacao y las abejas unen a los jóvenes reforestadores desde hace 10 años

SUMANDO VOCES.

Esta historia tiene mucho que ver con el fútbol, el cacao y las abejas. Todo empezó el año 2015, cuando los incendios tomaron grandes dimensiones dejando devastación y tristeza en la Amazonía boliviana.

Para entonces, el fútbol unía a los jóvenes de la comunidad de Medio Monte, ubicada a unos 35 kilómetros de Riberalta. Ahí, entre partido y partido, surgió la idea de hacer algo para frenar la depredación del bosque.

El equipo de fútbol, llamado Jóvenes Reforestadores, fue el punto de partida para hacer realidad los sueños. Sin embargo, no había que empezar plantando árboles, sino criandoabejas, porque estos dulces insectos, que polinizan las plantas con flores y permiten su reproducción y diversificación, habían perecido con el fuego.

En noviembre de 2015 nació la Asociación de Jóvenes Reforestadores en Acción (Ajora), que arrancó con la instalación de apiarios y la producción de miel para su comercialización, para luego pasar a la producción de cacao, copoazú y otros frutos.

Han pasado 10 años desde entonces y en la actualidad Ajora cuenta sus logros en hectáreas recuperadas, quintales de cacao acopiado, litros de miel vendidos, premios recibidos y, por supuesto, goles convertidos en la cancha, porque el fútbol sigue siendo el factor de confraternidad.

No todo fue sabor a miel. De hecho, los tres primeros años los incendios arrasaron con “todingos” los sistemas agroforestales recuperados por los jóvenes, recuerda Luis Antonio Peña, uno de los fundadores. Pero luego aprendieron de don Benjamín Peña, padre de Luis Antonio,que el fuego solo se podría frenar con fuego, a través de las fajas cortafuegos.

Pese a eso, el año pasado, cuando se registró “el peor desastre ambiental” dela historia de Bolivia, se quemaron varias hectáreas de producción y muchos apiarios.Y este año, los predios fueron golpeados por las inundaciones, que afectaron sobre todo a las plantaciones de cacao que están en el bajío, explica Heydi Teco López, una ingeniera agrónoma que trabaja en CIPCA y que es clave en este proyecto.

Pese a eso, el 2024 acopiaron más de 100 quintales de grano de cacao y vendieron 120 litros de miel. En el recuento de los daños aparecen, o mejor dicho, desaparecen 25 colmenas, que fueron quemadas.

Los inicios

Luis Antonio Peña es ahora un ingeniero forestal comprometido con la causa y, en entrevista con Sumando Voces cuenta cómo empezó todo. “Como a mi padre le gusta el fútbolhicimos un equipo de fútbol y lo llamamos Reforestador. Luego, con apoyo de CIPCA llamamos a las comunidades y a las demás personas para formar un grupo de jóvenes para cuidar la Amazonía y reforestar”.

Bejamín Peña, el padre de Luis Antonio, es el protagonista del documental Don Benjamín, que fue estrenado el año pasado con éxito internacional y que relata su lucha por preservar el bosque mientras frena los incendios con la faja cortafuegos inventada por el él mismo.

Los jóvenes trabajan sobre suelo degradado. Luis Antonio relata que hay una planta que crece luego de que la tierra fue usada para las plantaciones de maíz, de arroz y otros productos y que “deja el suelo pobre en nutrientes y nosotros lo estamos reforestando, recuperando la tierra degradada”.

Heydi Teco López explica que el principal objetivoera recuperar las áreas degradadas, pero cuando vieron que las abejas polinizadoras estaban desapareciendo, “ellos empezaron impulsando la recuperación de las abejas nativas”.

Cuenta que el primer respaldo les llegó a UNITAS, con un proyecto para financiar los apiarios, para luego pasar a “la recuperación de las áreas degradadas con las diversas prácticas agroecológicas para la implementación de los sistemas agroforestales”. Actualmente, el proyecto es respaldado por CIPCA y Medicus Mundi.

Ajora arrancó con unos 35 jóvenes de cinco comunidades, pero ahora son 125 integrantes de seis comunidades, cuatro de las cuales están en Beni y una en Pando. El 60% son mujeres y el restante 40% son hombres. Cada  uno de los jóvenes está a cargo de cuarta a media hectárea, lo que quiere decir que entre todos cuidan  y protegen unas 70 hectáreas.

Las comunidades que conforman Ajora son San Juan del Urupú, Medio Monte, Bella Flor, San Ariel, Nazareth y que es este Carmen Alto, cuenta Luis Antonio.

De la producción se pasó a la comercialización en ferias productivas, empezando por la miel, aunque ahora, el fruto que más recursos les genera es el cacao. Los jóvenes acopian el grano de cacao y lo transforman en pasta artesanal para llevarla al mercado local.

Luego pasaron a la producción de Copoazú, aunque en escala menor y el próximo pasado es producir asaí.

El dinero recolectado por la asociación se reparte entre las comunidades y por lo general está orientado a reinvertirlo en herramientas y mejoras para continuar produciendo.

2021, año de premios

El primer gran aliciente llegó en 2021, cuando los jóvenes presentaron una muestra de cacao que obtuvo el primer lugar en la 2ª versión del “Salón de Cacao y Chocolate-Bolivia 2021”, organizado por el Gobierno, lo que les habilitó para representar al país en el evento mundial del cacao en París.

“La muestra era resultado de un trabajo de varios años de recuperación de áreas degradadas y al final fue una luz en el camino que te impulsa a decir que sí, es posible trabajar en la recuperación de las áreas degradadas”, señala Heydi Teco.

Y el segundo gran reconocimiento también llegó el 2021, cuando Ajora fue uno de los 10 ganadores delpremio Ecuatorial del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). El dinero del galardón fue invertido en el sistema de acopio del cacao.

Un motivo para quedarse

Ajora no solo protege el medio ambiente, sino que está demostrando a los jóvenes que no es una buena idea migrar porque, según dice Luis Antonio, también es difícil conseguir trabajo en la ciudad.

“Nosotros hicimos (este proyecto) para que los jóvenes no tengan que emigrara la ciudad y que ellos mismos sepan cómo generar sus propios recursos”, señala Luis Antonio.

Ahora, mientras cuidan el bosque, generan recursos y no dejan de jugar al fútbol. Tienen una liga comunal y el equipo de los Jóvenes reforestadores se luce en la cancha y en el bosque.