Redesca advierte: incendios forestales en Bolivia alcanzaron niveles alarmantes en los últimos años

AGENCIA DE NOTICIAS AMBIENTALES
La Relatoría Especial sobre los Derechos Económicos, Sociales, Culturales y Ambientales de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), advierte en su reciente estudio que advierte que, los incendios forestales en Bolivia han alcanzado niveles alarmantes en los últimos años.
“La Redesca advierte que los incendios forestales en Bolivia han alcanzado niveles alarmantes en los últimos años, exacerbados por factores como el cambio climático y la expansión de la frontera agrícola”, señala el VIII Informe anual la Redesca, difundido en marzo de este año.
Dada la gravedad de la situación, la Redesca realizó una visita de trabajo al país entre 9 y 11 de diciembre, con el objetivo de evaluar el impacto de los incendios forestales en los Derechos Humanos, la biodiversidad y los ecosistemas.
Durante la visita que incluyó reuniones con autoridades nacionales, departamentales y municipales, así como con comunidades afectadas, la Redesca recopiló información sobre las medidas adoptadas por el Estado para mitigar los efectos del desastre y proteger los derechos de las poblaciones vulnerables, como los pueblos indígenas y las comunidades rurales.
“Los incendios, que afectaron más de 10 millones de hectáreas, han tenido graves repercusiones que incluyen el desplazamiento de poblaciones, la destrucción de medios de vida y la alteración de los ecosistemas esenciales para la subsistencia de las comunidades”, señala el estudio.
Sin perjuicio de la grave contaminación atmosférica observada a nivel nacional y transfronterizo, las comunidades indígenas y rurales, que ya se encontraban en una situación de vulnerabilidad, según el informe, enfrentaron niveles aún más altos de contaminación, lo que ocasionó efectos inmediatos, como el incremento de enfermedades respiratorias agudas, así como riesgos a largo plazo para la salud cardiovascular y pulmonar.
“Se documentaron efectos negativos en la salud mental, con altos niveles de estrés y ansiedad, y en la educación, con la pérdida de clases para niños, niñas y adolescentes”, se apunta.
En su comunicado de prensa, la Redesca destacó la respuesta del Estado boliviano, pero advirtió sobre la necesidad de un enfoque más integral y coordinado para abordar las causas estructurales de los incendios, como la deforestación masiva, la expansión de la frontera agrícola y el uso descontrolado del fuego.
A pesar de la «Pausa Ambiental» implementada por el gobierno, la delegación observó que aún se realizaban quemas ilegales, lo que resalta la necesidad de fortalecer los mecanismos de control y monitoreo.
Relatoría Especial subrayó la importancia de una reforma normativa que priorice la sostenibilidad ambiental y proteja los derechos humanos, especialmente de las comunidades indígenas.
También pidió la implementación de políticas que limiten la expansión de la frontera agrícola y promuevan prácticas agrícolas sostenibles e instó a realizar investigaciones exhaustivas para identificar y sancionar a los responsables de los incendios, además de resaltar la necesidad de fortalecer las capacidades estatales para la prevención y respuesta a futuras emergencias climáticas.
El 2024 Bolivia se convirtió en el subcampeón en deforestar bosques
La Universidad de Maryland y Global Forest Watch (GFW) dieron a conocer el estudio que revela sobre la pérdida de bosque en el mundo. El 2024, Bolivia perdió 1,8 millones de hectáreas de bosque y el 81% es monte primario, lo que lo convierte en el subcampeón a nivel planetario.
El 2024 fue un año trágico para el país, señala la Revista Nómadas, pues del total de 1,8 millones de hectáreas perdidas, cerca del 81% corresponde a bosque primario. Muy por encima de cualquier otro año registrado. Con los 1,5 millones perdidos de bosque primario, Bolivia subió del tercer al segundo lugar solo por detrás de Brasil.
Durante el año pasado el país subió del tercer al segundo lugar de los países más afectados en el mundo. En total, el país perdió 1,8 millones de hectáreas, pero de esa cifra, un 81% corresponde a bosque primario.
La mayoría de los incendios en los bosques tropicales de Bolivia se iniciaron para despejar la tierra para la agricultura a escala industrial, especialmente para la ganadería avanzada –que se cree que es responsable del 57% de la deforestación en el país– y los cultivos de soya, caña de azúcar, maíz y sorgo a escala industrial.
Corrupción en torno a las tierras
Una investigación de Connectas reveló que Rafael Ernesto Arce Monsqueira, hijo menor del presidente Luis Arce, a sus 25 años compró la propiedad “Adán y Eva” por USD 3,3 millones, ubicada en un lugar privilegiado de Santa Cruz, el departamento más extenso y productivo de Bolivia.
La transacción se concretó en 2021, un año y medio después de que Rafael Ernesto Arce Mosqueira dejara de ser funcionario público. Desde entonces se ha acelerado la conversión de este paraíso terrenal en cultivos extensivos de maíz y soya, pese a pertenecer a una zona de bosque de conservación y uso sostenible de la tierra.
También obtuvo, mediante un trámite exprés, luz verde de la Autoridad de Bosques y Tierras (ABT) para ampliar los desmontes a casi mil hectáreas. Las imágenes satelitales desvelan que entre 2022 y 2024 ya desaparecieron 479,46 hectáreas de bosque.
En las tierras del hijo del presidente tampoco se cumplió un decreto del mandatario boliviano que ordenó una pausa ambiental ecológica en 2024 en todo el país, debido a la emergencia por los incendios forestales. “Adán y Eva” registró incendios durante un mes (entre septiembre y octubre), después de la promulgación del Decreto Supremo 5225 que prohibió las quemas en todo el territorio nacional.
A pesar de todas esas irregularidades, ninguna institución del Estado respondió a los requerimientos de información solicitada por el equipo periodístico.