PUNTO DE VISTA
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¿Cómo ve una historiadora chilena a los bolivianos tras el fallo de la CIJ por el Silala? 

Los presidentes de Bolivia y Chile en un pasado encuentro. Foto: Cancillería de Bolivia

El 1 de diciembre la Corte Internacional de Justicia (CIJ) dio a conocer su fallo sobre el Silala y ratificó los derechos sobre esas aguas y la “soberanía sobre el desmantelamiento de los canales artificiales”.

La presidenta de la CIJ, Joan Donoghue, afirmó que “no hay duda” que el Silala es un curso de agua internacional, que fluye desde Bolivia hacia Chile. Por lo tanto, el vecino país tiene derecho a un uso razonable y equitativo de las aguas.  

La determinación tuvo personas a favor y en contra en Bolivia, acusaciones entre políticos dentro del partido de gobierno y de la oposición, incluso se anunció un juicio de responsabilidades por parte del Comité Cívico Potosinista (Comcipo) contra el ex presidente Evo Morales.

En Chile las autoridades se mostraron más positivas al respecto, hoy el Gobierno del presidente Gabriel Boric, dio a conocer que el país vecino buscará profundizar las relaciones con Bolivia.

Después de las repercusiones en Bolivia y las diferentes posiciones, ¿qué imagen proyecta el país? 

La historiadora de la Universidad de Chile, Loreto Correa, señaló en contacto con la revista La Mañana En Directo de ERBOL, que Bolivia es percibido como un país “permanentemente inestable”, “complicado en su construcción política y en su gestión democrática”, “enredoso desde el marco de la política exterior” y con una política exterior “sindicalista”, hecho que considera “grave” porque cuando a Bolivia no le gusta algo “pega el portazo y se acortan las relaciones”, en lugar de revisar las normativas internacionales para llegar a un acuerdo y buscar puntos en común. 

“Bolivia es un país dividido, fracturado entre oriente y occidente (...) La diplomacia la conduce La Paz, pero el futuro no está en La Paz, está en el oriente”, expresó.

“Cuando uno dialoga en la política internacional, acude a la normativa internacional y en ese contexto Bolivia ha actuado de manera enredosa durante muchos años”, según Correa.

Uno de los ejemplos más claros, según la historiadora, se dio en el año 1904 cuando se aprobó el Tratado de Paz y Amistad entre Bolivia y Chile y, ”al año subsiguiente, el Gobierno de Bolivia reclamó y dijo que eso era ilegal y de hecho nos mando por primera vez a la Corte Internacional en 1920”, relató.

En su criterio, Bolivia tiene excelentes diplomáticos que en su intento de negociar con Chile en diferentes oportunidades, recibieron un “portazo en la cara” del presidente boliviano en turno. "Queda mal dialogar con Chile”, acotó.

Para la historiadora, Bolivia es el vecino con el cual le gustaría a su país llevarse mucho mejor, no solo por frenar las denuncias ante La Haya, sino que por las ventajas comparativas a nivel comercial, posibilidades de negocio, cuidado mutuo y oportunidades de salida de productos bolivianos a través del mercado en Chile a mercados asiáticos.

“Es una lástima que no se pueda dialogar en serio. Es una lástima que hoy dialoguen y al día siguiente lo borran con el codo. Es una lástima que no nos llevemos mejor”, añadió.