EN OCTUBRE DECLARÓ QUIEBRA
Título: 

Fabriles: Industrias Lara Bisch se burla del Ministerio de Trabajo en conflicto laboral

Imagen ilustrativa tomada de internet

El secretario ejecutivo de la Confederación General de Trabajadores Fabriles de Bolivia, Vicente Pacosillo, denunció que “Industrias Lara Bisch S.A.” burla al Ministerio de Trabajo y elude solución al conflicto de unos 50 trabajadores afectados tras la sorpresiva declaratoria de quiebra en octubre del año pasado.

Pidió al propietario llevarse la mano al pecho y en vez de iniciar acciones penales contra los trabajadores, acuda a las audiencias de conciliación convocadas por el Ministerio debido a la situación de impago de varios obreros desde la cuarentena rígida 2020 que fue aprovechada por el empresario para argumentar una situación de crisis.

En diciembre del año pasado, la empresa a través de un comunicado sin dar mayores detalles se declaró en quiebra y suspendió operaciones desde el sábado 31 de octubre, debido a la “imposibilidad de sostenimiento financiero”.

En ese comunicado, Lara Bisch afirmó que uno de sus trabajos más destacados fue la impresión de papeletas electorales para las elecciones del 18 de octubre de 2020, con un contrato adjudicado en marzo de ese año.

Pacosillo confirmó que, para entregar las papeletas de votación, el personal trabajó hasta 16 horas, pero “el empresario se cobró la plata y no hay plata para los trabajadores”.  

Indicó que otros empresarios en La Paz y en el interior del país, con el argumento de fuerza mayor por la pandemia despidieron a sus trabajadores y otros cerraron puertas sin pagar sueldos a sus empleados.

Por ese motivo acudieron ante el Ministerio de Trabajo para exigir la reincorporaron. “Algunos se llevaron la mano al pecho y aceptaron reincorporar a casi 50 trabajadores a nivel nacional, pero hay otros malos empresarios que no escuchan ni las exhortaciones del Ministerio”, afirmó.

Con esa experiencia los fabriles rechazan las sugerencias de una cuarentena rígida por el rebrote de la pandemia, porque afecta la producción y se da motivo a los empresarios para despedir más personas.