Una nota de reclamo, dirigida al papa Francisco, será enviada en los próximos días por la presentación de un informe que relata su participación en la crisis de 2019 y la renuncia del expresidente Evo Morales, anunció el presidente de la Cámara de Diputados, Freddy Mamani.

En conferencia de prensa, el legislador afirmó que quienes integran la Conferencia Episcopal Boliviana (CEB) es un “grupo minoritario” que se “parcializó” con una versión de los hechos de aquellas jornadas de convulsión social.

“Estamos enviando esta nota de reclamo, esta carta de reclamo ante el hermano Francisco, Papa de la Iglesia Católica, Vicario de Cristo, con todos los argumentos que estamos precisando sobre la base del informe que han elaborado los señores jerarcas”, anunció Mamani.

El documento se encuentra en la parte final de traducción al idioma inglés, añadió. Una copia de similar misiva será enviada al cardenal boliviano Toribio Porco Ticona.

Con relación al informe de la Iglesia Católica, Mamani afirmó que es “totalmente falso” que haya existido un vacío de poder y tras las renuncias de los mandatarios Evo Morales, Álvaro García y de los expresidentes del Senado, Adriana Salvatierra, y de Diputados Víctor Borda.

En ese marco, dijo que la exdiputada del Movimiento Al Socialismo (MAS) Susana Rivero dimitió oficialmente el 14 de noviembre de 2019 y no así días anteriores. Aseguró que es el único documento que se tiene registrado en la Cámara de Diputados.  

“¿Cómo se explica que hubo vacío de poder? Por supuesto que los presidente de las dos cámaras habrían renunciado en su momento y eso también forzado como el pueblo boliviano sabe, pero aquí el 14 (de noviembre) recién presenta su renuncia la compañera Susana Rivero”, sostuvo.

El portal ChequeBolivia.bo verificó que Rivero, entonces primera vicepresidenta de la Cámara Baja, y quien se encontraba en la línea de sucesión, renunció de forma irrevocable el 10 de noviembre de 2019 a su cargo y que compartió su carta de dimisión en su cuenta oficial de Twitter.

Según el informe, la Iglesia Católica defendió su rol durante la crisis de noviembre de 2019 como un facilitador de diálogo.